jueves, 10 de mayo de 2007

JURO ANTE ESTE TRIBUNAL QUE TODO ESTÁ A PUNTO DE DESINTEGRASE (APOCALIPSIS CANÍBAL EN LA ESCUELA)


Cito del último libro del gran Félix de AzúaAbierto a todas horas – una cita recogida del blog de Pierre Assouline (Le Monde, 6 de diciembre de 2005) que cita literalmente unas palabras de Alain Finkielkraut. Todo el libro de Azúa, por su parte, es una gran cita – la cita total, la que selecciona todo el texto – de las anotaciones de su blog en El Boomeran(g)entre el 2005 y el 2006 . Del éter al papel.

El futuro de la cultura – dice el pensador francés - no es el desierto del silencio total, sino, más bien, la glosolalia, la exuberante volubilidad de una blogosfera planetaria(...) La información, Internet, ahogan las obras en un flujo textual informe, sin contenido. Y eso satisface cierta forma de igualitarismo.(...) No acabo de ver cómo podemos resistirnos a ese fenómeno, ya que tiene para sí una doble legitimidad. La del progreso técnico y la de la democracia triunfante


Y luego añade el propio Azúa su blog-flexión:
Ciertamente, lo más difícil para la vieja escuela va a ser la adaptación a una democracia masiva: esfuerzo, agonía y éxtasis, inteligencia singular, individualismo heroico, pieza única y original, selección de lo óptimo, lentitud, aislamiento. La antigua meta era la “obra maestra”, seguramente lo más odiado por la democracia de masas. Las obras maestras son hoy un destino turístico”.

La cultura y la escuela – como difusora de la misma – van a cambiar de un modo importante por la nueva situación en la que nos encontramos. La cultura en la era democrática – o, al menos, de masas, global y electrónica - no puede comprenderse como hace cien o cincuenta años. Pensemos en este mismo medio: el blog-web. Gracias a esta tecnología cualquier pensador de medio pelo o aficionado a la metafísica puede publicar sus productos con toda la parafernalia del espacio público: letra de imprenta e ilustraciones a todo color. Y encontrar un grupo de lectores que intercambian complicidades. Desde luego mientras leo (u ojeo) mis blog favoritas no estoy trabajando con las tragedias de Shakespeare y mientras añado mis comentarios a las anotaciones no estoy comentando “rigurosamente” los Diálogos de juventud de Platón. Y además gozo de un modo suave, apto para pasar la tarde. Siempre he pensado que en este océano de bitácoras nos sucede lo mismo que a los músicos de pop-rock: no necesitamos saber tocar demasiado para crear canciones que diviertan a los amigos más que una ópera wagneriana.
Respecto a la nota de Azúa sobre la escuela, estoy de acuerdo en que esos valores tienen difícil acomodo en la situación actual. Ahora bien: ¿alguna vez la escuela ha ejecutado esos valores? ¿Quizás en la mítica “escuela republicana” que intenta ir más allá de la canto memorístico y la “letra con sangre entra”? Pero ¿existió alguna vez o fue una alucinación de voluntaristas jóvenes? A veces sospecho que la escuela antigua fue, en paralelo inverso a lo que dice Azúa,

“ Trabajo penado, agonía sin culminación extática, memorística idiota y jerarquización desde el inicio (la fila de lo tontos, de los listos, de los medios); borreguismo y pieza única cien veces repetida (“no devo hablar en clase”, “no devo hablar en clase” .... “Deber se escribe con b”,”Deber se escribe con be”). Selección de lo cien veces trillado (el Miño nace en Fuentemiña, provincia de Lugo, pasa por Luego Orense, y Tuy y su principal afluente es el Sil que riega el valle del Bierzo)... y lentitud, sí, tedio, sí, agotamiento ... y, gracias a dios, recreo.

Desde luego hoy la escuela no está para los santos valores de la excelencia y la calidad como quisieran algunos. Tampoco es el infierno del rencor y la apatía. Hoy debe cumplir tantas funciones que está en una situación de dificultad extrema. Quizá se desintegre y muera ---enterrándonos a todos los que en ella nos refugiamos. Ahora bien: no está en las leyes – ni de estos progres ni de aquellos fachas el error y el mal ni mucho menos el remedio. Por eso creo que es el cambio real en nuestra conducta en el aula lo que podrá generar nuevas situaciones. Acción directa: necesitamos pedagogía vivida, nuestra, que se exude de nuestra experiencia y que queramos aplicar... Si la ley nos apoya, perfecto, si no sucede, pues....¿importa tanto?


Me parecen interesantes las reflexiones tanto de Azúa como de Finkielkraut – a ambos tengo cariño –pero quisiera pensar que están publicadas, en este medio bastardo, más con intención de comprender este mundo complejo que con los ojos inyectados en la sangre del profeta del Apocalipsis. Más –como decía en mi anterior anotación – con la ternura y la esperanza que con la cuchilla hiriente del analista deshumanizado.

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