La blog o el bloc, el cuaderno de bitácora, ¿cuándo pervierte su modo de ser o naturaleza o tradición?
Digamos que no es el caso cuando se niega a mostrar calidades; cuando lo que se dice no merece la pena. Nada importa un pito. Todo es susceptible de ser interesante y trascendental para un microgrupo o para una molécula enmascarada ( yo jugando o trabajando en el papel de...). Desde la revelación divina hasta las páginas en blanco. Las condiciones trascendentales de posibilidad de una subjetividad recorren – patinan – cualquier nivel de la experiencia (o dicho de otra forma: todo es susceptible de ser signo – O todo es signo, señal, semilla, raíz espermática u ovular). Los hilos del tejido, los retales que construyen la manta, comparten democrático privilegio.
Por otro lado, como insinuaba el otro día, quizá se pervierte la blogueidad cuando se rompe la secuencia temporal con la ausencia reiterada o se la convierte en sucedáneo de revista o libro (tesis, poema, cuento). Ahora bien: si esto es así la mayor parte de las blogs no merecerían tal nombre y se ubicarían en la rareza, la anormalidad, la minusvalía... aunque en ellas escriba el mismo Heidegger o Dios. Desde luego, la estructura de la bitácora es negada sistemáticamente por gran parte de las bitácoras. No se nos narra una navegación – En El Año De Nuestro Señor De... – sino que, en su inmensa mayoría, lo que vemos en la blog es algo parecido a anotaciones deshilvanadas, centradas más en los ego-trip que en la nave: O la nave es la propia subjetividad o nos parece que la nave recorre mares en calma chica la mayor de las veces gobernadas por una pandilla de locos.
La nave de los locos.
Pero no es plan. No es bueno que la estructura temporal del estilo-blog se pervierta. O sólo nos quedaría perversión...
Así ¿qué hago con la bitácora llamada Seres Vacíos entre Mundos Habitados? Se admiten sugerencias.
Practicando el karaoke antes de que acabe el día
1 comentario:
http://es.youtube.com/watch?v=HeBMHnJqAvM&feature=related
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