Mezcla de géneros.
El Papa refuerza en su discurso ante los jóvenes en Sidney la tesis del peligro del consumo como columna de la civilización. El Papa reinventa la percepción del "americanismo" - el Papa leyó a Heidegger - como el demonio y el enemigo de la cristiandad, nuevo paganismo decadente que sacrifica embriones y fecundidad,valores y fuerza juvenil, en el crisol del aborto, la homosexualidad, la drogadicción, el rock, el pasotismo.
Sin embargo, dicen que en medio de la crisis mundial el merchandising papal no hace aguas y que un joven devoto regaló a Su Santidad un sombrero con las orejas de Mickey, sin que el Papa haya excomulgado al impío. Incluso envío Benedicto SMS a la Juventud abreviando su nombre - BXVI. Ya se sabe: comienza uno redactando en neolengua y acaba haciendo de la Santa Sede un centro comercial. En las iglesias cantábamos ya, en el inicio de los setenta, canciones al señor con música tomada de Bob Dylan. Yo abandoné al Señor por Dylan.
El peligro de mezclar los géneros estriba en que tendemos a borrar las reglas de los mismos, olvidando la compostura estética y el compromiso ético con una cierta coherencia. La mezcla de géneros nos lleva a adorar a dioses divergentes como temiendo que uno sólo de ellos no sea arma suficiente para pasar la vida. Estamos con la tradición y con la historia, con los movimientos de masas y el elitismo contracultural. Una vela a Dios y otra al diablo, decían
El Papa refuerza en su discurso ante los jóvenes en Sidney la tesis del peligro del consumo como columna de la civilización. El Papa reinventa la percepción del "americanismo" - el Papa leyó a Heidegger - como el demonio y el enemigo de la cristiandad, nuevo paganismo decadente que sacrifica embriones y fecundidad,valores y fuerza juvenil, en el crisol del aborto, la homosexualidad, la drogadicción, el rock, el pasotismo.
Sin embargo, dicen que en medio de la crisis mundial el merchandising papal no hace aguas y que un joven devoto regaló a Su Santidad un sombrero con las orejas de Mickey, sin que el Papa haya excomulgado al impío. Incluso envío Benedicto SMS a la Juventud abreviando su nombre - BXVI. Ya se sabe: comienza uno redactando en neolengua y acaba haciendo de la Santa Sede un centro comercial. En las iglesias cantábamos ya, en el inicio de los setenta, canciones al señor con música tomada de Bob Dylan. Yo abandoné al Señor por Dylan.
El peligro de mezclar los géneros estriba en que tendemos a borrar las reglas de los mismos, olvidando la compostura estética y el compromiso ético con una cierta coherencia. La mezcla de géneros nos lleva a adorar a dioses divergentes como temiendo que uno sólo de ellos no sea arma suficiente para pasar la vida. Estamos con la tradición y con la historia, con los movimientos de masas y el elitismo contracultural. Una vela a Dios y otra al diablo, decían
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