La mezcla de g
éneros, inevitable. La categorización de edades y discursos, mera utilidad escolar.
Leemos el Bhagavad Gita y no sabemos donde iniciar el pensamiento filosófico ni somos capaces de cerrar la narración religioso-mitológica de la cópula con aquel su hermano(perverso) filosófico o científico. Nos engañamos - escolarmente - y seccionamos, evitando incestos: mythos/logos, oriente/occidente, tesis/poema. La escuela es (debe ser) sede de grandes mentiras puritanas: dos más dos cuatro --- dos más dos son cuatro, o cinco o tres o lo que el Gran Hermano quiera (Esa es la verdad del que anuncia que no hay verdad).
Eduardo Galeano: Espejos. Una historia casi universal. Sin querer comparo a esta criatura con la obra Cultura de herr Schwanitz. Recomiendo a Galeano y propongo que el otro libro se regale a aquel protagonista del anuncio de scatergori que pedía que se aceptara pulpo como animal de compañía. Se mezclan los géneros - animal salvaje/ animal doméstico - pero el señor del anuncio de marras no lo sabe: el cree, en su soberbia de bobo, que el pulpo es realmente un animal de compañia. Es la versión postmoderna del Gran Hermano (sin tragedias de fondo ni ebriedades utópicas). La editorial Santillana nos ha regalado a muchos el libro de Schwanitz y el juego-trivial creado en paralelo. ¿La enseñanza debe capacitarnos para jugar al trivial? La enésima competencia. Vale, lo asumo ( en el borrador de la nueva selectividad parece que se aconseja las pruebas tipo cuestionario y las objetivas ---- se explica así a las parentelas por qué se aprueba o suspende con más facilidad que a través de tediosos exámenes interpretativos).
Ahora bien: como estamos en verano, aconsejo la historia universal de Galeano. En el estio cabe la promiscuidad de tesis, relato y poema. Y hasta un poquito de picante. La degeneración de los géneros y hasta los estilos.
Paco Martinez Soria - Jorge es un degenerado
éneros, inevitable. La categorización de edades y discursos, mera utilidad escolar. Leemos el Bhagavad Gita y no sabemos donde iniciar el pensamiento filosófico ni somos capaces de cerrar la narración religioso-mitológica de la cópula con aquel su hermano(perverso) filosófico o científico. Nos engañamos - escolarmente - y seccionamos, evitando incestos: mythos/logos, oriente/occidente, tesis/poema. La escuela es (debe ser) sede de grandes mentiras puritanas: dos más dos cuatro --- dos más dos son cuatro, o cinco o tres o lo que el Gran Hermano quiera (Esa es la verdad del que anuncia que no hay verdad).
Eduardo Galeano: Espejos. Una historia casi universal. Sin querer comparo a esta criatura con la obra Cultura de herr Schwanitz. Recomiendo a Galeano y propongo que el otro libro se regale a aquel protagonista del anuncio de scatergori que pedía que se aceptara pulpo como animal de compañía. Se mezclan los géneros - animal salvaje/ animal doméstico - pero el señor del anuncio de marras no lo sabe: el cree, en su soberbia de bobo, que el pulpo es realmente un animal de compañia. Es la versión postmoderna del Gran Hermano (sin tragedias de fondo ni ebriedades utópicas). La editorial Santillana nos ha regalado a muchos el libro de Schwanitz y el juego-trivial creado en paralelo. ¿La enseñanza debe capacitarnos para jugar al trivial? La enésima competencia. Vale, lo asumo ( en el borrador de la nueva selectividad parece que se aconseja las pruebas tipo cuestionario y las objetivas ---- se explica así a las parentelas por qué se aprueba o suspende con más facilidad que a través de tediosos exámenes interpretativos).
Ahora bien: como estamos en verano, aconsejo la historia universal de Galeano. En el estio cabe la promiscuidad de tesis, relato y poema. Y hasta un poquito de picante. La degeneración de los géneros y hasta los estilos.
Paco Martinez Soria - Jorge es un degenerado
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