viernes, 14 de enero de 2011

Hospital del Estado (en la era del gran Anarka). Y DOS



Edward Kienholz: El Hospital Estatal. Interior (1966)





"...  acerca de un viejo que es paciente en un hospital 
mental. 
Él está en  cama,  amarrado con cinturones 
y desnudo.

Lastimado. 

Ha sido lastimado en el estómago 
con una barra 
de jabón 


(envuelta en una toalla.)


Su cabeza es una pecera iluminada con dos peces vivos
negros. 

Está muy quieto y no hay ruido
en la habitación. 


Arriba del viejo está su duplicado 
exacto, 
incluyendo la cama,

(la cual estará colocada
como una litera)

El cuerpo de arriba también tiene la pecera 
y los peces, etcétera. 

 encerrado en una burbuja de neón
representando los pensamientos del viejo.


Su mente no puede pensar
en nada no puede ir más allá
del presente. Atrapado
ahí 
por 
el
resto 
de
su
vida.”


                (O algo así decía Edward  Kienholz)


FILOSOFÍA DE LA (mi) MENTE.

   Quería comenzar anunciando  que

yo soy la caja Ward19 
 y que, como dije en el anterior capítulo, mi estado de ánimo es

la conciencia de que el mundo se divide  en dos categorías de relieve : los que saben qué hay dentro de la caja  y aquellos otros que lo ignoran. 

Yo espero, sentimentalmente acampado en la incertidumbre, la pronta aparición estelar de alguno de los miembros de cualquier grupo. Soy un cualquiera que espera a que cualquiera se presente y le diga: "Hey tío, sé lo que hay dentro de ti" o, por contra, "Jópeta, chaval, no tengo la más remota idea de qué escondes".  Quién llegue es irrelevante. Lo importante es acortar la espera; y ampliar la conversación. Sólo la conversación es Dios.

"El alma del hombre es justamente el hombre presente en los otros hombres. Esto es lo que es, esto es lo que ha respirado, de lo que se ha alimentado y embriagado durante toda su vida la consciencia. De su alma,  de su inmortalidad, de su  vida en los demás.¿Y qué? Ha vivido en los otros y en los otros se quedará" (Boris Parternak: Doctor Zhivago)


Bien. Abierta la máquina cúbica,  se disuelve el estado de animo: nadie alegue ignorancia o falta de información. Todo el mundo sabe qué hay dentro de mí.  Banalizo mis entrañas como Mishima para conocimiento público, como si fuera

un don nadie,


  E.Kienholz: John Doe (1959)

Si hay huellas de colateral insatisfacción en eso, no me responsabilicen. Nunca fui el hombre del año.

 Nosotros – yo con vosotros -  vemos la caja Ward 19  habitada por  un fantasma y su doble lingüístico. Dos hombres tendidos en sus míseros lechos,  sedados hasta una cuarta de la muerte  y con hematomas en el vientre, las nalgas y los brazos. El de arriba (B)  es dicho por el de abajo (A) un poco al modo queja inaudible.

   Dice el subhumano A:

-  " Mi estado de ánimo X puede describirse como  el de un subhumano B dotado de la propiedad Y ,  siendo Y  “humillado porque alguien me ha  tratado con mucha crueldad”.

Si somos sinceros - yo y vosotros -  la traducción al lenguaje humano del diagnóstico introspectivo del caso - lo dicho por el de abajo (A)  mostrando al de arriba (B) -  ha sido obra de nuestra compasión: la mirada estética.

Llamaré DISTANCIA a esta posibilidad de traducción a lenguaje humano normalizado de la gramática de los enclasutrados subhumanos . La distancia es huída  del dolor y del golpe (dejar que el golpe caíga en otro, más justo que nosotros,desde luego, porque a nadie interpone para salvar el culo). La Distancia  es interposición masiva  del dolor del otro, alejamiento del quejido inhumano que nos  habita para salvación de una percepción de conjunto: poemas, tesis, cuadro...

Todo el arte está manchado por la baba interpuesta para evitar el golpe que ciega y enmudece. Todo el arte se construye en la distancia. 

La palabra de la Distancia define a un tercer habitante  que se humilla contemplando con ojos de frío pez negro eso que no está bien: lo que sucede en la caja. Grito morboso sin esperanza terapéutica ni profética.

El sujeto-frase  de arriba (B) no parece estar para luces. Vive preso de su subhumanidad, subhumanidad  que es signada  en el  balloon que lo contienen como texto del tipo de abajo (A), otro subhumano para más señas,  mutado éste en sujeto- dibujo de comic,  comic-paciente por efecto de la intervención del estado (legajos, informes, consentimientos  informados, tutela judicial, actuación resocializadora etc.) y de la acción profesional de los celadores, psiquiatras, terapeutas, malos amantes, farmacopea, enfermeros e internos amistosos atesoradores de licores caseros de libre apaciguamiento.

El tipo de abajo dice al tipo de arriba delirando la explosión onírica  de un bubón.

 
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.....  os digo que yo soy ambos hombres ahora dominados y, por otra parte, no soy ninguno de ellos dado que me elevo y describo - en la distancia - la triste penuria de mis dos avatares institucionalizados.

Me doy pena y soy autocompasivo (siendo Distancia me escabullo del golpe sinuoso del jabón y la toalla).

Yo, confieso, soy el alma de la Distancia de sí, la del rostro inteligente que una vez sedujo al hombre del año

Yo  he atacado a las otras dos figuras y atado sus brazos a los barrotes para fortalecer su subhumanidad;

he dejado que se meen (y se corran) encima.

no he necesitado cómplices

excúlpese a toda institución y compañía

excúlpese a la familia, a los amores despechados y a los que decepcionaron , a los que nos violaron antes de tiempo y a los que se nos murieron con la conversación a medias o nos dejaron con la palabra a medias porque iniciaban el viajes.


En la distancia con la que miro he  golpeado con una pieza de jabón envuelta en una toalla a los otros hasta dejarles la memoria galvanizada. Imposible pensar después de la lluvia de hostias. Yo me golpeo y me institucionalizo en presente

Soñar en sí , en el propio dolor que la violencia de la correa y el apaleamiento bautizan

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Mi cabeza es el contendor que encierra a  ese viejo lastimado en el estomago con una barra de jabón envuelta en una toalla. Quisiera liofilizar su miseria y los olores que desprenden. Pero no hay salida. Estoy en la caja con toda su mierda, con ese ronquido de axfisia que me  llega. Morirán ellos algún día y, duraré yo un rato como seña objetiva de la muerte. El Yo glorioso y Distanciado de sí será convulsión del viejo y su doble.


Edward Kienhold (and Nancy Reddin Kienholz): Sollie 17 (1981)
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METADISCURSOHablo y me  viene a la cabeza la idea de que esta instalación de Kienholz es, realmente, muy poco actual. Supongo que la imagen que muestra la alienación del hombre institucionalizado en su cura/condena queda atrapada en el espíritu de los años setenta como un genio en la lámpara. Y no hay Aladino que aplique masaje al artefacto.  Todo vibra  en Kienholz y en mi texto glosador de un  modo muy similar a los espacios de Joseph Beuys. Mugrientas instalaciones de los setenta.  Un viejo con sus bolsas urinaria y colónica colgando como hilacha cyborg. Como esos objetos que percibimos pasados aunque no tengan escritura que testifique su caducidad. Mis ojos hoy, lejos de llenarse de ira, tiemblan como en la cocina de la  abuela cuando la luz era a 125 y  hervían las cosas en un amarillo polvo o grasa.  En Kienholz y en Beuys hay una extravagancia ética o una épica que los malpensantes consideraban que sólo servían para seducir de manera rápida a jóvenes estudiantes de bellas artes de hace treinta años. Hoy, todos viejos, vemos demasiada épica de barriada obrera. Me viene a la cabeza la Barriada. 

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Si mi cabeza  es la caja Ward19 y digo que la instalación me parece un trasto aparcado por el tiempo, eso quiere decir que yo también estoy fuera del flujo actual de las cosas. “X es Ward 19” significa que (y sólo que) X está incapacitado para definir un habitar poético para sus contemporáneos”. No soy oráculo; no abro el futuro a mis hijos. Ellos se tendrán que buscar la vida. Matando al padre  para edificar y obtener cédulas de habitabilidad ético-estética.  Bien. Acepto que no puedo construir el hogar del futuro. Bien.

Certifico la muerte del gatito marramiau.

Se proyectan los signos del Gran Anarka en la sombra del lorazepam




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