martes, 27 de septiembre de 2005

Sobre arte, tecnología y vida


Las grandes corporaciones empresariales mantienen con la tecnología una relación de dependencia no ajena a la pasión. No sabemos si el espíritu tecnológico sedujo al afán de enriquecimiento y comercio o si éste se apoderó del primero al desvelar sus debilidades. Lo que sí es cierto es que las empresas necesitan de la tecnología como Drácula la sangre virgen para no despertarse convertidos en momias. La tecnología, por su parte, precisa del apoyo corporativo para conseguir su más íntimo deseo: transformarse en objeto real.

La investigación y el desarrollo experimental de vanguardia exigen grandes medios materiales y humanos. Desgraciadamente ( o gracias a los dioses) esto no basta. Precisamos también de sagacidad, capacidad para atender a los matices. El pequeño detalle separa a la empresa de sus rivales y a un diseño vulgar de un salto adelante en la innovación. Y todo ello rodeado de inmensos beneficios. Dinero. Y cambios en la vida en las personas. Carne y sangre.

Todo por un matiz.

Ahora bien: ¿dónde encontramos estos matices? Sólo la vida da respuesta: la experiencia común y la filosofía que brota de ella espontáneamente. El arte.

Cuando las grandes corporaciones invierten en arte no lo hacen sólo por amor (al arte) ni por redistribuir sus enormes beneficios en la sociedad. Sin duda muchos estudiosos y artistas jóvenes gozan de la generosidad de estos nuevos mecenas que son hoy las grandes empresas. Pero aquí también ellas encuentran interés. El arte da pistas sobre el presente y el futuro. Pistas para aterrizar o despegar. Revela las nuevas formas de la vida, lo que hoy es sólo tenue sombra y mañana se convertirá en realidad.

Telefónica, como otras grandes compañías tiene su Fundación. Desde ella apoya a las artes. La página web de esta fundación nos ofrece muchos elementos de interés. Por un lado, los enlaces con el Museo de Telecomunicaciones nos permiten recorrer de un modo ameno la historia de la comunicación accediendo a información clara e interesante desde el pasado prehistórico hasta el presente (o futuro). También dispone de un sistema de visita virtual a diversos lugares clave del patrimonio español (la Alhambra, El Escorial...).


El arte contemporáneo tiene también una relación compleja y apasionada con el mundo de las nuevas tecnologías. Muchas obras hoy se crean sobre materiales electrónicos novedosos. Se llama a veces a este modo de crear arte virtual .

La fundación Telefónica convoca ( y ya son al menos ocho los años) un concurso artístico con el nombre de VIDA (9.0). Concurso sobre arte y vida artificial.

En la convocatoria leemos:


Estamos interesados en un arte que refleje el panorama de la posible interacción
entre la vida "sintética" y la vida orgánica, por ejemplo:

- Agentes autónomos que den forma y quizás interpreten el entorno saturado de datos que tenemos en común.

- Retratos de intersubjetividad o empatía, compartida entre entidades
artificiales y nosotros.

- Antropomorfización inteligente de la datasfera y sus habitantes.

- Exploración definida por el usuario e interacción diseñada para mitigar el miedo y estimular la curiosidad por los fenómenos emergentes, que, por definición, están fuera de nuestro control.

Un jurado internacional premiará los más destacados proyectos de arte electrónico en los que se utilicen técnicas como genética digital, robótica autónoma, algoritmos caóticos recursivos, cogni-bots, virus informáticos, avatares y ecosistemas virtuales.

Impresiona. Como decía la canción, es indudable que “el futuro ya está aquí”.

Ahora bien: por noqueados que estemos podemos plantearnos algunas preguntas. En primer lugar, ¿qué es eso de vida sintética? Si por vida entendemos la propiedad estructural de ciertos seres o entes que (a) requieren energía, es decir, se alimentan; (b)crecen y se desarrollan; (c) responden a su medio ambiente;(d) se reproducen por sí mismos,sin necesitar ayuda externa, entonces, si la vida es esto, no existe una vida artificial en el sentido de creada por los hombres. Así, o bien la convocatoria es un contrasentido, o si lo tiene la palabra vida ( en la expresión vida sintética) debe referirse a algo distinto de la vida ( en la expresión vida artificial). En efecto, con vida artificial aludimos al estudio de los sistemas artificiales - especialmente los cercanos a la tecnologías de la información y al proyecto I A (inteligencia artificial) - que exhiben propiedades similares a los seres vivos, a través de modelos de simulación. Por lo tanto, cuando decimos vida artificial estamos suponiendo ( o imaginando) la existencia de un isomorfismo entre el orden natural-evolutivo de la vida orgánica (nuestra patria original) y el orden tecnológico de los entes artificiales (nuestra futura casa).

¿Por qué hacemos esta comparación? Suponer que existe esta identidad estructural entre el artefacto y la vida orgánica puede ser útil para mejor entender la vida – el modelo de la mente como un ordenador complejo es utilizado en las ciencias cognitivas – y para mejor entender a los artefactos. Más aún: suponer (imaginando) la similitud entre la vida y la vida (orgánica y sintética) nos ayuda a mejor integrar una y otra. Mejorar la conexión: el interfaz.

En cualquier caso, los temas propuestos darían para muchas reflexiones. Para entrar en calor puedes ver los trabajos ganadores en otras ediciones y pensar o simplemente disfrutar con las propuestas. Si picas en los enlaces de esta página encontrarás numerosas experiencias artísticas que integran ( o eso quieren) arte y tecnología, reflexionando sobre nuestra identidad y sobre su futuro. En definitiva, como dijo Dick, la pregunta sigue siendo: ¿sueñan los androides con ovejas eléctricas?.

jueves, 22 de septiembre de 2005


La cuestión más difícil es mirar. Para mirar las manos ordenaron que se hicieran crecer los ojos y los ojos articularon extremidades y las extremidades instrumentos de navegación. Después la cantidad de instrumentos, extremidades articuladas y ojos de visión extendida fue tal que las manos comprendieron la necesidad de ver esos ojos articulados, esas extremidades navegantes y los propios instrumentos de visión que nos permitían mirar.

Las manos se quedaron quietas sobre el paisaje. Reflexionaban sobre su objeto y su tarea pendiente:

¿qué mirar?

¿aquello que la mano palpaba en la lejana jornada en la que decidió que le crecieran los ojos y las extremidades articuladas?

¿O los propios ojos, las propias extremidades, aquello que media entre el deseo de ver y lo que merece ser visto?

Corremos perplejos con la vista puesta en el vacío de los mundos habitados.Los números signan las piedras. El té reposa en la mano y conservamos un pez boquiabierto como recordatorio de algo(¿qué?). No hemos aún asimilado las inmensas utilidades que la tecnología y la ciencia nos ofrecen. Tampoco sus riesgos ni sus pánicos. Las manos articuladas nos traen algo que no sabemos si coger con nuestros débiles y carnosos dedos. Pero sin duda lo más difícil será asumir la enorme cantidad de belleza que estamos desvelando en esos huecos de la eficacia y el conocimiento. Belleza o dolor o monstruosidad, que todo cabe.

Buen viaje navegante




viernes, 16 de septiembre de 2005


" Ahora que el miedo había desaparecido, empezaba a brotar de ella algo más, algo extraño. Y deplorable, pensó Isidore.Cierta frialdad, semejante al hálito del vacío entre los mundos habitados, algo venido de ninguna parte" ( Philip K. Dick: ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?)