domingo, 2 de diciembre de 2007

Jenny, la de los piratas (II)

Y mientras Jenny la de los Piratas abandona la ciudad de la Justicia infinita - buena la tierra que dejan para que en abril crezcan fuertes las lilas -, en otra ciudad las gentes bailan y ponen sus cuerpos al servicios de otros ---- lascivia y lujuria, quiebros de músculos bien torneados, esclavas del placer ajeno.¿Sufre alguien en esa ciudad de la banalidad?¿Cuál es la aritmética de es dolor? ¿Espera el doliente - encuentra su cara entre los que bailan -la llegada de la barcaza pirata y su Venganza que es es Justicia?



¿En qué bando estaremos, oh hermanos? ¿ Jenny o las bailarinas? ¿Justicia que es Venganza y Sangre u opio y adormidera y champán y vale de comida y servicios sanitario gratuito y escuela obligatoria y danza trivial, Sorry, I am a lady......?

viernes, 30 de noviembre de 2007

¿ Puede la Justicia escribirse con mayúsculas?
¿Puede la justicia – con minúscula de tribunal efectivo o sentencia evaluadora - anular el dolor, restituir la armónica existencia, acaso sólo soñada para los desgraciados?
Si la justicia – con minúscula de tribunal efectivo o estado compensador que reparte subsidios, recetas y cartillas con las primeras letras – no logra restituir esa armónica existencia, acaso sólo soñada, ¿se impone la invitación a la Historia de la Justica con mayúsculas, Dios o Muerte, nada distinta de la Venganza, Venganza que sólo se ejecuta histórica y efectivamente a través de las pequeñas venganzas, navaja y ataque goyesco a los mamelucos, quema de papeleras y concesionarios?

Canción de Jenny la de los Piratas (Brecht, La ópera de cuatro cuartos)

Y a mediodía desembarcarán
cien hombres. Y vendrán, ocultándose,
de puerta a puerta, agarrando a todos.
Ante mí los traerán con cadenas,
y me preguntarán: «¿A quién matamos?»
Y habrá un silencio grande en el puerto
al preguntarme quién debe morir.
Se oirá entonces mi voz diciendo: «¡Todos!»,
y « ¡Hurra! », a cada cabeza que caiga.




O toda la canción

Señores: hoy me ven fregar vasos /y soy yo quien les hace la cama./Gracias les doy si me dan propina,/andrajosa dé hotel andrajoso./Pero ustedes no saben con quién hablan./Una tarde en el puerto habrá gritos/y se dirán: «¿Qué gritos son ésos?»/Me verán sonreír mientras friego/y se dirán: «¿Por qué se sonríe?»
/Y un barco con ocho velas/y con cincuenta cañones/habrá atracado en el muelle.

Ellos me dicen: « ¡Vete a fregar! »/ Y me dan la propina y la tomo./Las camas les haré, qué remedio./(Pero esa noche no dormirán.)/Pues por la tarde oirán en el puerto/un estruendo y dirán: «¿Qué estruendo es ése?»/Me verán asomarme a la ventana/y dirán: «¡Qué sonrisa tan rara!»
Y el barco con ocho velas/y con cincuenta cañones/bombardeará la ciudad.

Señores: se acabó ya la risa./Porque todos los muros caerán,/será arrasada vuestra ciudad,/menos un pobre hotel andrajoso./Preguntarán: «¿Quién vive en ese hotel?»/Y me verán salir por la mañana,/y dirán: «¡Era ella quien vivía!»/

Y el barco con ocho velas/y con cincuenta cañones/empavesará sus mástiles.

Y a mediodía desembarcarán/cien hombres. Y vendrán, ocultándose,/de puerta a puerta, agarrando a todos./Ante mí los traerán con cadenas,/y me preguntarán: «¿A quién matamos?»/Y habrá un silencio grande en el puerto/al preguntarme quién debe morir./Se oirá entonces mi voz diciendo: «¡Todos!»,/y « ¡Hurra! », a cada cabeza que caiga.

Y el barco con ocho velas/y con cincuenta cañones/conmigo zarpará

jueves, 29 de noviembre de 2007




If happy little bluebirds fly
Beyond the rainbow
Why, oh why can't I?




She comes in colors
Have you seen her all in gold?
Like a queen in days of old
She shoots her colors all around
Like a sunset going down
Have you seen a lady fairer?

domingo, 18 de noviembre de 2007

Educación para la Ciudadanía (Otra vuelta de tuerca)


Recibo información – vía Miguel “Boulesis” more Olimpiada Filosófica – de una iniciativa tomada por el Departamento de Filosofía del IES Cardenal López de Mendoza de Burgos. El tema -¡sorpresa! – no es otro que el de la Educación para la Ciudadanía (EpC)

Afirman los compañeros que “ la implantación de la asignatura Educación para la Ciudadanía es un error” porque (a) “la mayor parte de los contenidos de esta asignatura no son nuevos ya que de hecho llevamos desde principios de los noventa impartiéndolos en la materia de Ética” y (b) “las materias de una hora lectiva a la semana, ... perjudican seriamente tanto la labor de los profesores como la formación de los alumnos”. Por ello, “esta asignatura no responde a intereses pedagógicos sino a intereses ajenos a la enseñanza”. Si esto es así, concluyen, toca movilizarse y proponen hacer ruido mediático “para llevar la polémica al terreno de la educación”(sic?), concentrarse en actitud de protesta o realizar paros, etc.

Y yo me digo: “¡Oye, tú, parece que te invocan y que exigen tu respuesta”. Buff, el malestar se mezcla con la pereza (o el hartazgo) y... venga, vale, vayan unos puntos – quizás por la amistad que me une a algunos de los firmantes:

1.- Empecemos por la coincidencia: estoy de acuerdo con los puntos a y b.

1.1. La EpC y la Ética actual son muy parecidas y, de hecho, puede orientarse la Ética actual- sin excesiva violencia - hacia una reflexión sobre la ciudadanía y la vida socio-política, la ética cívica. La única diferencia es que la nueva legislación fuerza, de algún modo, a esta perspectiva, reduciendo la carga filosófica – la teoría ética y la historia de la ética - sobre todo cuando se oferta en 2º de ESO

1.2. Por otro lado, la castración de la "cosa" (Ética vs EpC) a una hora en segundo y otra en cuarto es un disparate, una anulación de la intención de "la cosa" (sea ética o EpC) con todas las de la ley (y nunca mejor dicho). Como ya he dicho aquí y en otros foros de discusión del pasado, en toda la polémica de la EpC sólo me asustaba la cuestión de la carga horaria.

2.- Sigamos con las discrepancias: no estoy de acuerdo con las ideas que se presentan antes y después de las dos tesis (a y b) . En efecto:

2.1. No creo que la implantación – tal y como ordenó la Ley General – de la EpC sea un error por casi las mismas razones por las que la Ética actual no es un error. Incluso puedo comprender y apoyar que se sacrifique el elemento filosófico - la teoría ética y la historia de la ética filosófica – para dar más peso a la información sobre los principios de nuestro ordenamiento político y sus fundamentos.

2.2. Por lo tanto no comparto la idea de que “esta asignatura(EpC) no responde a intereses pedagógicos sino a intereses ajenos a la enseñanza”, por lo mismo que no creo que la Ética- su hermana según se dice – haga otro tanto. Además, se me impone otra duda: ¿tiene sentido decir que la escuela debe atender sólo a intereses pedagógicos y no a otros “ajenos a la enseñanza”?¿El destino de la escuela y su fin no está más allá de la escuela siempre?.

3.- Concluyo diciendo que creo compartir malestar pero no acabo de comprender el argumento de los compañeros del López de Mendoza o su intención. En cualquier caso:

3.1. Creo que la ausencia de sintonía (¡) en este asunto entre los dos partidos mayoritarios no se ha debido a la materia en cuestión sino a otras vicisitudes extraeducativas. De hecho en la anterior legislatura los dos partidos mayoritarios se peleaban por el uso de la expresión “patriotismo constitucional”, “ciudadanía”(frente a etnicismo nacionalista) y otros términos que suenan a EpC.

3.2. Creo que la reducción a una hora de la EpC ha tenido un componente político por parte de las Comunidades Autónomas gobernadas por el partido que se ha opuesto a la EpC. De hecho en el desarrollo de la ley en el territorio MEC – el controlado por el Gobierno central, BOE 21 de julio 2007-– se señalan dos horas en segundo y otras dos en cuarto. Todo un sueño. Por otro lado, sin embargo, creo que las Comunidades Autónomas están en su derecho político a reducir algo que rechazan a los mínimos legales. Aunque no entienda su rechazo.


4.- ¿Hacia dónde el disparo de la protesta? ¿Hacia el Gobierno que propuso legítimamente la reforma o contra la Junta que, con toda legitimidad política, redujo la materia a una hora? Políticamente hasta alturas del partido quizá protestar sea vana pataleta.
O tal vez no. Existe una campaña – defendida por grupos como Observatorio sobre la Objeción de Conciencia o Profesionales por la ética – que están promoviendo la desobediencia civil y la insumisión a la ley no sólo a la EPC sino a la futura filosofía de bachillerato. ESO ES UNA LUCHA – ¿legítima? - EN LA QUE NI PARTICIPO NI PARTICIPARÉ Y QUE ME OFENDE PORQUE PRETENDE MONOPOLIZAR LA PALABRA “ÉTICA”. Desde luego YO ME OPONGO A ESA LÍNEA DE ACCIÓN.


jueves, 15 de noviembre de 2007

PREGUNTA ¿ES CUALQUIER IDEA ARGUMENTABLE O NARRABLE DESDE LA INTELIGENCIA HUMANA UNA TESIS FILOSÓFICA EN EL SENTIDO DE DAR LUGAR A UNA FILOSOFÍA?



Capítulo 1: La Filosofía y su mayúscula
Entiendo que hay Filosofía, en este contexto, si se da un sistema en el que sus afirmaciones se derivan – lógica o narrativamente - de los supuestos generales y que, al menos, nos ofrece una imagen coherente y fecunda de la realidad, el conocimiento y la conducta humana como ordenada a un sentido (ontología, epistemología, ética). Las ideas que forman la enciclopedia de esa Filosofía – y toda Filosofía debe ser capaz de generar una enciclopedia - se baten constantemente en duelo con los axiomas o principios o intuiciones originarias ( y este combate es, en gran medida, la definición de las entradas de la Enciclopedia Filosófica). Lo más importante de una Filosofía tal es que permite crear un cierta escuela - o al menos un discurso -que desarrolla o despliega en textos posteriores o en la labor de los discípulos los supuestos del pensamiento maestro.

Podíamos abreviar diciendo que una Filosofía es una santificación coherente de un vocabulario o red de palabras capaz de generar una enciclopedia original. Platón es claramente una Filosofía. Sus opuestos son los Nietzsches ( de los cínicos a los deconstruccionistas).

Capítulo 2: Respuesta negativa a la pregunta

La respuesta a la preguntan pudiera ser: Tal vez no. Las tesis que anulan la capacidad para continuar el pensamiento – v.g. algunas de las formas más extremadas del escepticismo y el relativismo, sea, el escepticismo y el relativismo tomado en serio - sin duda cancelan la posibilidad de toda enciclopedia. Su sentido, si lo tienen, se agota en la propia expresión. Son lo más parecido al “ayyyy” del flamenco. La narración se agota en el acto del decir público; el sentido es su propia “performance”.

La filosofía cae hacia la literatura(si entretiene) o la religión(si salva y se toma en serio).

Esta imposible-filosofía apena (al modo melancólico)

Capítulo 3: Respuesta positiva a la pregunta

La respuesta a la pregunta pudiera ser: Tal vez sí, quizás toda idea sea susceptible de convertirse en una Filosofía. Las tesis más extravagantes pueden enredarse como ninguna en sus propias limitaciones iniciales. Más aún: en ocasiones las tesis más autorrefutativas pueden generar las escuelas más vistosas pues ocultan su vacuidad en el vocabulario que generan.

Aquí el sentido es la no aceptación de ningún sentido – todo es vanidad o mixtificación – y la coherencia la descomposición de toda imposición de coherencia (rostro del poder). De nuevo la performatividad domina aunque ahora el acto no se agota en sí mismo y su exposición sino que crea un tradición, secta ....

La filosofía cae hacia la política ( si sustituye la verdad por la acción) o la religión (si instituye).

Esta Filosofía asusta.

Capítulo 4: Conclusión: ¿De qué estoy hablando?

Realmente no lo sé. O tal vez sí.

La respuesta negativa a la pregunta simplemente nos conduce a matar a la Filosofía (o a enterrarla). La respuesta positiva la trasviste, la cambia de horizonte, la pone en armas.

En todo caso, creo que para tomar una decisión debíamos ser capaces de sacar finalmente las consecuencias de la afirmación de la precariedad y la contingencia como elemento central de nuestra vida. Cometemos el error del Buda: afirmamos la inmensidad del dolor y la insustancialidad y luego nos emperramos en prometer un óctuple camino de redención afirmando rectos entendimientos, rectas voluntades, rectas intenciones ... ¿Cómo puede haber algo recto en la extensión sin fecha ni catálogo de la precariedad? .

La filosofía, si quiere sobrevivir como discurso que dice y juzga, debe re-platonizarse, cercar y anular todo el escepticismo, relativismo, nihilismo, toda la razón situada o pragmatizada. Debe discriminarse respecto a la literatura y la religión, el sectarismo y el cesarismo. Debe olvidarse de la performatividad y hundirse en la semántica.
No vale el discurso que se devora a sí y, a la postre, desvela que toda su actuación ha sido circo y la escuela trouppe de saltimbamquis (deconstruccionistas). Si la filosofía quiere sobrevivir debe generar su República y su Timeo, atreverse a pensar dentro del Banquete.

Personalmente no sé cómo proceder a la replatonización y por ello optaré por aguardar la muerte cayendo dulcemente en la blandura de la narratividad.
Espero Ideas.

sábado, 10 de noviembre de 2007

La escuela y el sirviente (6)

El shudra, el sirviente.

La tradición védica nos habla de aquellos que participan en el ritual del sacrificio – bien que de diversos modos – como “los dos veces nacidos”. El brahmán, el guerrero y el mercader recibirían tal denominación, quedando fuera el último de los grupos, los sirvientes.

El profesor sirviente – o el servidor público, que no es nuestro objetivo hacer escarnio de su figura - no es un “doblemente nacido” o no considera que en el alumno se deba producir un “doble nacimiento” dentro de la escuela. Para continuar con el tema que nos ocupa, el servidor no cree en la existencia – pedagógicamente hablando - de “un doble” que se eleve por encima de la realidad psicosocial del alumno y sus familias: la Profundidad, la Cultura, la Autognosis o cualquier otro concepto en-mayusculado(sic). El sirviente no ha experimentado la mística de la Cultura ( o, para no radicalizar la caricatura, cree que todo el gozoso y sufriente mundo espiritual es asunto de conciencia y privacidad, propio del club de los intelectuales más que el de los pedagogos). Ni el esquema cultural común y sacrosanto, ni la experiencia de la Cultura y el Espíritu, ni el conocimiento de sí, objetivos del brahmán, el guerrero y el mercader, son aquí elementos relevantes salvo si su mención genera algún valor retórico o instrumental. Concluyendo: el shudra es el gran negador de toda jerarquía - salvo la convencionalmente definida - en el orden de los contenidos a comunicar, el educador unidimensional. Quizá, sólo quizás, su santo patrón sea el caballero pragmático a la manera de Dewey o Rorty.

El profesor sirviente focaliza toda la atención pedagógica en los alumnos y sus familias. El objetivo de la escuela es claramente utilitario y democrático: se busca crear o desarrollar en el pupilo las capacidades que le van a permitir ser un ciudadano útil, eficaz y responsable, el orgullo de sus padres y la felicidad de sus hijos. Por todo ello, el profesor sirviente está atento no sólo al Patio – para conocer los conflictos de la adolescencia y los deseos teenager , los gustos y las modas que actúan como banderines de enganche en la motivación. Además, mira al más allá del Patio, en las casas en las que los padres complementan la actuación educadora y en las que se descubre aquello que desean. Parecieran vendedores pero a diferencia del mercader no se ofrece mercancía ignota sino aquello que explícitamente desean los clientes (que para eso pagan).

La mayor parte de la pedagogía que destilan los reglamentos educativos estaría dentro de este taxón. Ahora bien: este poder legislativo no implica que los tres tipos anteriores – brahmán, guerrero y mercader – no tengan presencia en la escuela. Dentro del aula puede, en general, trabajarse a mil años luz de lo que marca las leyes (y nuestra experiencia como alumnos, padres y profesores nos lo corrobora). A decir verdad, los cuatro tipos de profesor analizados estos días, además de modelos puros que se combinan en los buenos profesores reales en proporciones diversas (lo cual es una obviedad que da vergüenza mencionar), son perspectivas todas ellas positivas de la tarea pedagógica – es decir, mi simpatía se moviliza hacia los cuatro tipos si en verdad están en su dharma. Luego existe un quinto grupo que integra las perversiones de los cuatro tipos anteriores y que, por no buscar más palabras que confundan, llamaríamos los pusilánimes, es decir, aquellos castrados que tienen imposibilitado en cumplimiento de su dharma o, con otra palabra, su ethos.


Imagen: Camille Pisarro, La criada (1867)

domingo, 4 de noviembre de 2007

La Escuela y el Mercader ( 5 )

El profesor mercader. Sabe el mercader que todo se reduce a viajes para conocer las necesidades – presentes y futuras – de los hombres que acuden a la feria y entrar en el ritmo (gozoso) de las transacciones. Buscando cifra o icono para hacer comprensible la categoría podemos decir que si el Emilio fuere el equivalente de los Oscar en el orden pedagógico, sin duda el inestimable HANNIBAL LECTER podría mostrarse como un claro candidato a la mejor intervención pedagógica en la categoría de mercader. Quizá el lector no acepte este icono – bien porque odia a Lecter (¡ insano ejemplo ético-pedagógico!) bien porque lo idolatra ubicándolo en la sagrada orden de los caballeros antipedagógicos ---- o quizás tan solo porque no concibe la intromisión de la cultura pop en el debate. Sin embargo, quisiera persistir en el error colocando a este célebre sociópata como ejemplo, bien que extremado, de la casta de los profesores mercaderes. Desde luego este profesor no culmina su tarea comiéndose el hígado de sus víctimas (al menos materialmente; simbólicamente cabría un estudio más detallado)

Quid pro quod

La enseñanza no es entrega alguna o rendición - actitudes que sí veíamos en el profesor brahmán y en el guerrero. El comerciante sabe que sólo por algún tipo de intercambio entre iguales – reconociendo la personalidad del alumno y sus intereses por erróneos que nos parezcan -logrará vender su mercancía y entregar su mensaje. Por ello está atento al mundo del patio y a los deseos de los alumnos. Sabe de la necesidad del engaño en el inicio; es un claro hombre de la pedagogía y la retórica.

El mercader en la clase ofrece a sus alumnos aquellas fruslerías que al parecer buscan – alusiones a sus pequeñas vidas y sus sentidos momentáneos, cultura pop y lentejuela, deporte y líquido seminal – y, a cambio, les obliga a adquirir su ganga (o GANGA, Maa Ganga el Ganges sagrado como madre). El profesor sabe que lo esencial es que el alumno acabe conociéndose a sí mismo – y para ello debe conocer su mundo y el espíritu que sobrevuela la época – y publicita lo que es en sí irrelevante pero aparenta atractivo para el mundo de ignorancia(aún) del pupilo.

Juega con destreza profesional con la espuma de los días para intentar que el alumno se golpee con las rocas que se ocultan bajo las olas.


El mercader socrático vs los héroes guerreros

El mercader cree en las posibilidades del alumno para, desde sí, llegar al objetivo. Su estructura de emplazamiento se halla ubicada en el periodo socrático. Por el contrario, el guerrero y el brahmán son modelos de una época heroica y consideran necesaria la conversión a lo Otro y la humillación de lo propio. El sacerdote del Sagrado Esquema exigía a sus discípulos recorrer el camino de la devoción como entrega al ejemplo (la ortodoxia de lo que debe ser sabido) sin atender jamás al patio, con absoluta indiferencia, en la más pura ecuanimidad aristocrática. El guerrero sólo estratégicamente atendía a los intereses del aula o del patio, para acumular la fuerza que llevaría a la derrota y la conversión del neófito al orden desvelado por el maestro.

El beneficio del mercader pedagógico – sana o perversamente(¿ es esto relevante?) – se cifra en la contemplación de cómo el alumno invierte el orden de sus preferencias y descubre que lo que buscaba en el inicio era sólo espuma y que hay otra cosa ---- que se fundamenta en su participación como individuo lúcido y responsable en los diversos juegos sociales (y, en espacial, en el de la ciudadanía).

Desde luego el mercader puede degenerar y no ir más allá del engaño y conformarse con ofrecer meras zarandajas para así satisfacer a su auditorio y obtener el aplauso (¡jo, qué profe más majete!).Pero todas las castas profesorales que aquí analizamos pueden degenerar.

Lecter como pedagogo

Hannibal intercambiaba –sin ocultar, por cierto, su perverso gozo – la información sobre el asesino buscado por las confidencias biográficas de la agente Clarice. Lecter sabe que la clave en la formación de la futura agente del FBI está en que sepa deglutir racionalmente o desvelar su mundo interior opaco y que el caso del asesino que nos ocupa – el tal Búfalo Bill - es sólo circunstancial, lo que ella parece desear en este momento, su interés de patio de colegio. El gozo de Lecter por las confidencias autobiográficas es efecto colateral.Lo esencial en el proceso formativo de Clarice era precisamente desnudar su alma y comprender las estrategias de sus recuerdos. Analizado su pasado Clarice ya puede ser una agente del FBI. Una ciudadana.

(Imagen 2ª: La Perla del mercader de Alfredo Valenzuela (Chile, 1856 –Paris, 1909)
Ejercicio: ¿Cabe calificar a Mary Poppins como profesora mercader?


miércoles, 31 de octubre de 2007

La escuela y el guerrero ( 4 )

El profesor guerrero ( kshatriya). Enérgico, sin duda, en su recorrido por las aulas observa el guerrero la situación, anota cada detalle con precisión linneana. Prepara la violencia, el golpe seco que debe dar en el grupo para conducirlo a su meta. Parece tener tan claro su objetivo como el brahmán tenía sus patrones y dictados. Como buen luchador sabe que gran parte de su fuerza la genera el oponente en su ciego ataque y que está en sus manos expertas volverla contra el instinto. Por todo ello, el guerrero se diferencia del brahmán por la atención que pone en el Patio, al que reconoce como el enemigo pero al que intentará subyugar como masa de esclavos (si se recuerda el brahmán abolía de su esquema la existencia de ese más allá de “la clase”). El guerrero utilizará las nuevas tecnologías y el rock and roll, recordará la canción de moda o introducirá chistes de doble-lectura. Seducirá a niños o niñas (o a ambos). El guerrero es eficaz y suele gustar a sus alumnos a pesar de la violencia que les aplica. Es capaz de crear en ellos una adicción sadomasoquista que el brahmán, templado en el ritual, nunca podrá vivenciar.

El profesor guerrero se muestra en su mayor puridad en los primeros años de profesión. Aunque el guerrero de casta muere ejecutando su dharma. Soberbio, no es ingenua su confianza: de hecho tiene poderes y conoce las técnicas de dominio en el momento en que la virilidad juvenil acompaña la ética y la estética. Además, no ignora que la educación siempre es una institucionalización de la violencia – y no teme la perspectiva. Su opuesto es el pusilánime, categoría de la que no merece la pena ni hablar. Cuando pienso en el profesor guerrero me viene a la mente Savonarola, aquel predicador dominico que incendiaba conciencias e inmuebles, y también Antonin Artaud - que, por cierto, hizo de Savonarola en una película de Abel Gance. Hablaba Artaud de la necesaria crueldad del teatro y el profesor guerrero sabe que su pedagogía es 99 % pura teatralidad artaudiana:

“El teatro, como la peste, es una crisis que se resuelve en la muerte o la curación (...)la acción del teatro como la de la peste, es beneficiosa pues al impulsar a los hombres a que se vean tal como son, hace caer la máscara, descubre la mentira, la debilidad, la bajeza, la hipocresía del mundo, sacude la inercia asfixiante de la materia que invade hasta los testimonios más claros de los sentidos”( Artaud: El teatro y su doble)

Yo me he sentido guerrero y sé del gozo de la conquista y del rigor del deber que la acompaña. Sin embargo....

Quizá el profesor guerrero quiere ejecutar una tarea que no es apropiada para el recinto escolar. ¿Es la escuela el nicho adecuado para la violenta ironía que hace caer las máscaras, ofrece la crueldad de la crítica y rompe el virgo del prejuicio materno? Es posible que existan mejores espacios. Por otro lado, el gran peligro del profesor guerrero es que acaba por embriagarse de su poder destructor y in –pro - vocador. El movimiento, la oscilación de los alumnos y sus conciencias acaba por convertirse en un fin en sí. En ocasiones, como consecuencia de lo anterior, el guerrero acaba por fijar su objetivo en una única idea –pierde la complejidad de las “ideas” que pareció abrazar en algún momento – y , a diferencia del brahmán, se niega a convertirla en esquema por miedo a que se muestre su vacuidad (“el rey está desnudo”), creando desconcierto entre sus súbditos. El profesor guerrero, que parecía incovocar al gran Shiva, puede terminar siendo un mero siervo de la oscura Kali.

(CONTINUARÁ)

martes, 30 de octubre de 2007

La escuela y el brahman(3)

( En el capítulo anterior: Así las cosas, ¿de qué Dharma oculto, más allá de pactos y legislaciones y estatutos docentes estamos hablando? ¿Cuál es el deber de casta del profesor? ¿Es más un brahman, señor del ritual, o tal vez un guerrero o un comerciante?¿Puede ser el profesor un sramana, asceta o solitario ejemplar?¿O acaso es mero sirviente, esclavo o paria?)

El profesor Brahman. Cerrado en el ritual del sacrificio y llamado por los dioses a la teatralización profesoral, es el campeón de la libertad de cátedra aunque la libertad, en su caso, nunca haya salido de la reiteración de los esquemas tradicionales. Es el profesor del dictado, de la copia de la palabra mal escrita y de las fichas de autores – margen derecho 4 cm, izquierdo 6, etcétera. En historia de la filosofía te dice qué se debe subrayar en el libro de texto y en qué colores, añadiendo pulcramente en la parte superior de la página 34 una definición alternativa de Physis a la que nos muestran los autores del libro y que, obviamente, está mal redactada. Platón mira hacia arriba y Aristóteles hacia abajo; después de los racionalistas están los empiristas y Kant sintetiza a ambos. Tesis, antítesis, síntesis. Nunca dejemos en la escuela que nadie nos rompa un buen esquema.

La escuela debe perdurar en la memoria a través de tópicos escolares que, más adelante, si el alumno entra en eso que se llama la especialización, se encargarán otros ironistas de borrar. Básicamente toda la sociedad debe compartir un marco histórico simple en el cual el estudiante pueda ir colgando sus descubrimientos posteriores. El Brahman sabe que el ritual esquemático no llena el alma de casi nadie y, en la sombra etílica de una charla fuera del colegio, reconoce la burocratización de su escenografía. Sin embargo, cree que, primero, el alumno debe buscar aquello que le apasiona fuera del colegio y en el colegio debe adquirir sólo las cuatro reglas. Tratar de apasionar al chico en la escuela nos conduce hacia el espacio del payaso, a entregarnos a la lujuria de sus intereses de patio, más cerca del intercambio de saliva que de la comunidad de diálogo. Por lo demás, sigue nuestro brahmán, la escuela debe ser un espacio de resistencia de los esquemas clásicos y que compartir esos esquemas –es decir, socializar a los jóvenes en ellos más allá de si son falsos o verdaderos, anticuados o modernos – es el auténtico fin de la escuela, el caldo de la integración social.

Por ello, los cambios en la estructura psico-social de sus alumnos - la presencia mayor diversidad - son considerados un tema menor por el profesor brahman. La ortodoxia y la buena letra deben continuar su faena, exigiendo a todos por igual (sin negar que algunos puedan recibir apoyo suplementario para asimilar esos esquemas). El drama está en que la escuela se ha llenado de individuos que han perdido el norte, que se han sentido deslumbrados por los criticistas universitarios y pretenden llenar el alma de los alumnos de un espíritu crítico que, a todas luces, es mera pantomima en un chaval de dieciséis años.

El profesor brahman me enseñó, de pequeño, a ser ordenado en mis apuntes y, si fuera preciso, a pasarlos a limpio. También comprendí la importancia del esquema histórico –aunque falso – y que a veces es mejor una buena mentira que la complejidad de una verdad que, por compleja, hasta ese nombre pierde. No puedo ser brahmán pues me falta empaque y donaire, quizás corbata y hasta cuna. Pero me gustó tener brahmanes como maestros. Sólo echo en falta en ellos una llama de pasión y un amor más intenso. Más afán de combate, un cuarto de espíritu visionario... y guerrero.

domingo, 28 de octubre de 2007

La escuela adolescente ( 2 )


La escuela adolescente(2). Comentaba un compañero - sin mayor pesadumbre, por cierto, lo cual es más significativo que todo este apunte – el tránsito entre su oposición, en la que le exigieron conocimientos matemáticos de alto nivel, y su actual aposición ( de apósito) como guía en el aprendizaje. Pasamos, dice, de las geometrías no euclídeas exigidas para el cargo a las divisiones por dos cifras según el canon clásico de los cuadernos de “El Rubio”. Cabe suponer que la experiencia puede trasladarse a otros campos y, por lo que sé, a la filosofía. Por echar una tea extra a la pira del burnout digamos que en las oposiciones a secundaria el elemento sapiencial prima sobre cualquier otra variable.

En el apunte anterior cuestionaba la incidencia de la Ley en el aula – tesis tontiloca que he defiendo por calentura o prurito – y, encomendándome a Arjuna, cantaba al Dharma, al deber o a la ley eterna que debe acompañar al profesor. Este deber nos incitaba al trabajo con los alumnos – esos espacios carnales de pechos incipientes y buena provisión viral – con entusiasmo y paciencia a pesar de las menguas y contracturas que la “carga horaria” de las renovadas legislaciones nos puedan provocar. ¡Cumple con tu deber, no sigas el camino de la huida!

Sin embargo, esta llamada al deber, ¿cómo cabe entenderla? De algún modo es legítimo suponer que la Parte Contratante ha incumplido el pacto (moralmente hablando) al saltar el gran foso que separa el conocimiento experto superior (“ella” selecciona a los más sabios, por decirlo de un modo abreviado) del cuaderno de operaciones “El Rubio”. O a la ética deontológica kantiana y el ontologismo del cuaderno de actividades y la enseñanza de la redacción o la imposición del silencio y la limpieza de mesas. Si se rompe el contrato y no nos usan para lo que nos pidieron, ¿no estamos legitimados en el deseo de huida y el abandono? (Desde luego ni se huye ni se abandona materialmente el espacio porque el hambre es el hambre, pero sí se exilia espiritualmente el ya quemado antiguo opositor).

Así las cosas, ¿de qué Dharma oculto, más allá de pactos y legislaciones y estatutos docentes estamos hablando? ¿Cuál es el deber de casta del profesor? ¿Es más un brahman, señor del ritual, o tal vez un guerrero o un comerciante o agricultor?¿Puede ser el profesor un sramana, asceta o solitario ejemplar?¿O acaso es mero sirviente, esclavo o paria?

viernes, 26 de octubre de 2007

La escuela adolescente ( 1 )


La escuela adolescente. Lugar extraño en el que los virus flotan en el aire y se pegan a pechos incipientes( o ya no tanto) convirtiendo el periodo prejubilación de los brahmanes que en ella habitan – con sus viejos ritos de listas de reyes godos – en senda del ambulatorio al cadalso. Sigo manteniendo que en esos espacios de sacrificio – las aulas – la Ley es el rey lejano que sueña con pueblos bucólicos tipo Sissí o con campos de batalla heroicos donde la injusticia se vence compensatoriamente a través de la espada y la lanza integradora.

Esperamos, no obstante, ansiosos, desarrollos legislativos. Y nos imaginamos como en una película de el Gordo y el Flaco (cuyo título no recuerdo)en la que los protagonistas eran torturados en una cama de estiramiento y contracción – al modo de Procusto - y acababan menguados y contrahechos. Pues lo mismo con la filosofía después del gran timo de la EpC y en espera del bachillerato que quizás pinte en bastos..

No obstante aunque la Ley nos mengue y en la debacle uno sea tentado por la Huida - ese espacio sin mocos y palabras huecas que se dice existe en el plus ultra -se impone el cumplimiento del deber, el Dharma del maestro que adquirimos en antiguo tiempo.

Aprendamos del príncipe Arjuna, en el Bhagavad Gita. El príncipe Pandava también se siente apesadumbrado ante la cruel batalla en el que ha de matar a sus propios parientes y desearía optar por la deserción . Su auriga –Krishna travestido - le argumenta sobre la necesidad del combate en nombre del deber que como guerrero tiene. Se nos impone el deber y como abandonemos esa senda sólo nos quedan dos caminos – según Krishna – la sabiduría del solitario o la devoción. El resto es sombra.

La escuela es espacio de mocos lo diga la LOE o la difunta LOCE. Y en los pechos incipientes es preciso tatuar listas de reyes godos y semillas de las trayectorias soñadas por – esperemos – algunos de los mejores de la especie.

lunes, 8 de octubre de 2007

Apocalipsis y precariedad predictiva

Habla Miguel “Boulesis” del Apocalipsis y su presencia (o su sombra) e incluso de un deseo oculto de que el acontecer – el único acontecimiento que merece ese nombre ¿no es el Apocalipsis? - tenga lugar. Algo sucede y se interpreta como diabólico, auténtico 666: ruido y furia, riesgo feroz, injusticias que enmudecen al mismo Dios, verdades incómodas, hipnotismo generalizado... El que desea el Apocalipsis o lo diagnostica o lo cifra(en tesis, en poema, en relato, en fórmula) se siente, en el corazón de la pesadumbre, iluminado. Filósofo y profeta

El Apocalipsis es un género – todo un clásico – y muchos somos los aficionados al mismo. En mi caso llevo ya mucho tiempo esperando la novedad, el golpe del sentido o la iluminación. Demasiado joven para morir, demasiado viejo para el rock´n´roll – me digo. El Apocalipsis es la lista de créditos de esta película tragicómica, donde se anuncian al ingeniero de sonido, se pone nombre a esa melodía que tanto nos ha gustado y se nos dirige hacia el autor de los efectos especiales que nos partieron el alma del susto. Supone el fin de la película, claro, pero ¿no estamos cansados de la trama?.

Cuando pienso en el Apocalipsis traigo a mis mentes a Boecio – esperando la muerte y consolado por la filosofía en el fin del Imperio. ¿Percibió Boecio el límite último de su mundo? No nos engañemos, todo llegó con excesiva familiaridad. Por eso cabe nombrar el suceder como “agónico” porque no fue “golpe de mano de la providencia”.

Creo que el grado de conocimiento que implica el diagnóstico apocalíptico es demasiado para nuestra precariedad espiritual. Pienso que, de darse un genuino cambio radical, si lo auténticamente Otro se anunciara con jinetes pálidos de “fame, bello et peste”, no nos enteraríamos, el suceso tendría lugar como en otra dimensión y sólo pasados los años, ya muertos, cabría vivenciar la mutación. Dicho de otra forma: sólo un Cagliostro - o el célebre Vlad el Empalador - que pudiera recorrer humanamente las centurias en virtud de pócimas o filtros egipcios aprehendería el cambio. Sin embargo, cuentan los relatos que la vida del no muerto es, más bien, aburrida. Como si nada fuese novedoso.

No negamos, por tanto, la magnitud de los problemas pero quizá tampoco sea correcto abrir puertas de Apocalipsis que, en muchos casos, hipnotiza más que despiertan conciencias y nos hacen esperar que Alguien nos salve(¿ese dios por venir?).

Que la filosofía nos consuele.




sábado, 6 de octubre de 2007

La altamente estúpida, indigna y babosa polémica de la Educación para la Ciudadanía (así, con mayúscula o en siglas EpC) seguramente tendrá la ventaja de que conducirá de nuevo a las almas puras hacia el camino del espíritu (sic, con minúscula de precariedad). No todo va a ser jodienda: gente que habla porque tiene boca (algo se desalojó de ella en instante nefasto), desveladores de Mediterráneos o asignaturas menguadas. Los profesores de ética, condenados a la impotencia causal (al menos en las comunidades populares – jó – que dejan la cosa a una hora que no al mes pero sí a la semana), están, por lo tanto, a un paso de neutralizar el karma y a dos de alcanzar algún tipo de iluminación portátil ---- y mala pintó la cosa, queridos camaradas, en otras vidas pues en el presente nos azotan los residuos kármicos con tanta insistencia.

Así que eso, ¡ al espíritu y a las cosas mismas!. Mantra a mantra.


Se me inició la temporada con trabajos intempestivos novedosos que me apartaron del hábito de la bitácora – es decir, de la lectura de lo que dicen por ahí los lugares hermanos y de la escritura. Quizá esto signifique que el silencio ha pasado (aunque ¿a quién le importa?)

Los seres vacíos inician el trayecto con una devoción renovada hacia Campanilla. Se dice de ella que es tan pequeña en su espíritu que sólo admite un estado de conciencia: o es endiabladamente buena y fiel a sus amigos o, con igual pasión, se entrega a la traición y la maldad. Su amor a Peter, por un asuntillo de celos vía Wendy (esa arpía infanta), conduce a la alianza perversa con Garfio. ¿Un error? No porque no cabe la doblez reflexiva. Tocaba eso, la traición, como luego toca la expiación y la algún día la muerte.

Los seres vacíos, como cuevas en el mar, absorben y vomitan cuanto pecio trae la marea. La espiritualidad que roza extravíos o el espectáculo burlesco se movilizan en la superficie de sus menguados corazones. No en vano solo aceptan una dimensión, sin profundidad alguna.

miércoles, 12 de septiembre de 2007

miércoles, 20 de junio de 2007

Considerando que el tiempo está revuelto(Segunda jornada)


(Saludos, Miguel)


Vicisitudes e ironías del corrector de selectividad:Un ser lleno responde al ser vacío (con ironía que éste no entiende en su vacuidad simplona): la respuesta es la buena fe.


Si la buena fe es la respuesta, ¿cuál era la pregunta? ¿Explique el "sentido" del texto? ¿El sentido del texto es la buena(o mala) fe no del que comenta ni del autor del texto sino del que supervisa la lectura? El corrector crea el sentido. El notario de la disputatio (¿no eso lo que debe ser la prueba?)se impone al autor y a la lectura propia a través de la lectura impropia del censor-represor.


Aunque todo esto parece un juego de palabras "prescindible", el caso es que el corrector debe optar entre la vía dictatorial (El Yo de Stirner) y la vía poética, entre imponer un pentagrama de límites (contenidos) o intuir el alma del examinando (y de su contexto académico ). Esto último se ajusta más a la buena fe. A veces a medio camino - ¡Idiota, siempre a medio camino, que no hay otra! -, el pequeño dictador se deja sedudir por la imaginación.... al fin y al cabo, ¿no ha sido todos estos comentadores aprobados en filosofía y son bachilleres in pectore?


Por cierto uno: ¿es adecuado asignar la tesis del materialismo dialéctico - y todo su galimatías de leyes - al propio Karl Marx? ¿Y responsabilizar al finado de los desastres del socialismo chino?¿Es ello un 1,5 o un 0,25?.¿


Por cierto dos: la prueba de filosofía - como todas - tiene un amplio plantel de criterios de corrección que los responsables de cada tribunal se encargan de exponer y publicitar nada más acabar la prueba. Y un mecanismo de revisión. No se crean (¡cómo mola si hacemos abstracción de la minoría que sufrirá al ver su nota!)

martes, 19 de junio de 2007

Considerando que el tiempo está revuelto (Primera jornada)

(I)

Un ser vacío dice:

No se escribe por falta de fuerza; o por no tener nada que decir. Esterilidad o impotencia. La escritura es el último acto viril.

El ser vacío no tiene voluntad, se deja llevar – o llenar – por los diversos aires que pueblan el espacio. No copia ni replica: hace hueco a una vibración, a un suspiro o a una cadena de signos. A nada se niega: es el relativista perfecto. Un demócrata inesencial. Un falso pensador más que un vergonzoso lírico (que también). Una extravagancia meditante.

(II)

Murió Richard Rorty.

Sigamos cuidando la libertad.

Que la conversación no se cierre: abiertos ya a los consejos de un muerto, como siempre gustó a la filosofía.

(III)

El ser vacío dice:

¿Qué significa ser corrector de un examen (de Selectividad) en el que nadie ha definido la extensión de sus contenidos y los criterios son vagas y piadosas oraciones? Ser corrector significa ser un poeta de la corrección ---- o un dictador.

Al modo Stirner, el Yo impone sus credenciales legislativas en la intimidad del cuarto de corrección y, por sana fidelidad a su libertad, opta por mantener EL criterio. Podría no hacerlo –digamos que en los números impares a partir del 25 y hasta el 36 (si opción A). El poeta de la corrección, por el contrario, imagina el contexto de aprendizaje del anónimo autor, sueña con el alumno y su profesor intentando delimitar lo que aprendió en las duras jornadas. Y con esos criterios imaginativos valora si el desconocido llegó a los límites de aquello que debió aprender (según su profesor). Este corrector es piadoso y trata de sentenciar desde el saber o la ignorancia del anónimo autor (¿se puede ser piadoso en el anonimato? Sí, imaginando rostros) pero ya sabemos que la lírica es muy traicionera. El corrector stirniano es frío como el pedernal (sic)y justo en su esquema pero, ¡ay! ¡es tan poco sensible a la diferencia de contextos!.

¡Ser vacío y necio! ¿Cómo va a darse ese examen sin criterios ni límites de contenidos? Tonto – muy tonto – es el ser vacío.

Pregunta: ¿es el materialismo dialéctico una buena respuesta a la pregunta sobre la teoría de la historia de Marx?

miércoles, 6 de junio de 2007


Tres citas contrapuestas (o no tanto):

Cada uno de nosotros perdurará en el recuerdo, pero siempre en relación a la grandeza de su expectativa: uno alcanzará la grandeza porque esperó lo posible y otro porque esperó lo eterno, pero quien esperó lo imposible, ese es el más grande de todos
Soren Kierkegaard: Panegírico de Abraham, en Temor y temblor

Amamos lo perecedero precisamente porque va a perecer; no amamos lo eterno, lo invulnerable, nadie ama el universo, todos sabemos que el universo se pasa muy bien sin nuestros cariños. Amamos a aquellas personas que quisiéramos perpetuar y no podemos; es su fragilidad lo que suscita nuestro amor. Y claro, Dios es lo contrario: la idea de amor a Dios, por ejemplo en el planteamiento tan hermoso de Spinoza, en su Ética, él habla del amor a Dios, que sólo puede ser un amor intelectual, no podemos esperar que Dios nos ame. Esa vinculación afectiva que introduce el cristianismo necesitaba que Dios hiciera una concesión a la carne, a la muerte, a la fragilidad, al temor, al abandono... (Fernando Savater, El País 2-6-2007)


“Los delirios de unos y otros producen monstruos condenados a enfrentarse bíblicamente, cada uno luchando por su Bien frente al Mal que representa la otra facción. Este íntimo convencimiento de la posesión permanente de la verdad, adopta ribetes metafísicos. No se valora lo que se ve, sino la Verdad en la que se comulga. Estas posturas no aceptan relativismo alguno. O se está en el credo propio, o se milita en el rival. ¿Estamos condenados a tener que elegir siempre, dramáticamente, entre esas dos Españas machadianas? ¿Pueden existir posturas intermedias que luchen desde la sensatez por mejorar la convivencia y por impulsar proyectos compartidos, sin renunciar por ello a las propias ideas? Creo que sí. Y esas fuerzas "centristas" a buen seguro que habitan en el seno de los grandes partidos, acusadas de tibias, acomplejadas y relativistas, y aplastadas por los halcones de la confrontación. Kelsen ya escribía en 1920 en su ensayo Esencia y valor de la democracia: "La concepción filosófica que presupone la democracia es el relativismo". ¿Quién se atrevería hoy a afirmarlo en público? (Manuel Pimentel: El centro siempre necesario. El País 3 de junio de 2007)


Pensar en precario: vivo creyendo que los contextos (palabra, verso y versículo, tesis, onomatopeya, además de sangre, jugo, semen, sudor y sal) nos insuflan el aire de ese globo que llamamos nuestro mundo - con sus expectativas y todas las neuras. Vivo viendo que los vocabularios (tantos como los dioses del Panteón hindú) nos dicen casi de todo aunque apenas entendamos uno y sospechemos de un puñado ---- y por todo ello la acción es inevitable, hay como que elegir (si acaso) en el contexto un decir de un modo u otro, casi siempre porque así lo dijeron papá y mamá o, quién sabe, tal vez, soñando un particularísimo decir que no por tal es más profundo ni nos da un sitio en la historia.

El contexto nos tortura con su inmediatez no desvelada ni consciente.

¿La imposibilidad de hacer una filosofía original –La Filosofía- nos hace más dignos pensadores? No lo creo.

El pensar – nada tan privado en la obscenidad de lo público – se me ofrece como narcótico y como extraño instrumento para reparar mesas con herramientas de fontanero.

jueves, 31 de mayo de 2007

NOSTALGIA


Acaba el curso y las aulas se quedan vacías, horrorosamente limpias. Los proyectos se llenaron a medias como los vasos del final de una fiesta. Los seres vacíos invaden espacios y tiempos interponiéndose entre aquellos mundos que hace tan poco estaban habitados. Los seres vacíos no ríen quizás porque son todo ello una cruel e ingenua carcajada.

La clase se queda como el cadillac solitario, con el asiento de atrás aún caliente. Uno mira al barrio donde se supone están y estarán los alumnos con los que uno ha creído pasar algunos buenos ratos de cumplimiento dialéctico y cordial. ¿Era sueño?


La vida tiene sentido por estos pequeños momentos en los que uno se deja llevar por la nostalgia.


A todos los alumnos de este curso, este video:

viernes, 25 de mayo de 2007

MI BIBLIOTECA LLENA DE POLVO

CON F: FERNÁNDEZ FLOREZ, WENCESLAO

“ La violencia señaló los límites entre los pueblos; la violencia tuvo que mostrarse al lado de las leyes más justas para que fueran acatadas; la violencia hizo nacer la propiedad, veló por ella, disciplinó al hombre, hizo posible el orden de los grandes rebaños humanos, apoyó algunas veces a la razón y la sustituyó otras muchas; fue el más importante factor de desigualdad entre los mortales, y sin ella no existirían las jerarquías, tal y como nos escalonaban(...) Sólo el temor hizo del hombre un animal domesticable. Después de habituado a esta condición, siguió ascendiendo entre el miedo y la ira, como esos presidiarios que preparan su fuga tratando de apoyarse con rodillas y codos en el ángulo de do muros para trepar. El miedo a los de arriba conserva a los de abajo en sumisión, contenidos su malestar e inquietudes; el miedo a los de abajo obliga a los de arriba a hacer concesiones, triunfando sobre el egoísmo de su ventura. Por eso ahora no hay jefes ni autoridad ni respeto a las leyes, y el mundo es como el estado donde muchedumbres desorientadas rumian su desconcierto y su desolación. Falta la dura mano colérica, sirviendo a una voluntad”

Wenceslao Fernández Flórez: Las Siete columnas. Madrid. Ediciones Alonso.1974 página 233


(Nota: este libro de Fernández Flórez - junto con la célebre colección de cuentos El Bosque Animado - fue una de mis primeras compras allá en la originaria adolescencia. Lo adquirí en un puesto ambulante que estaba situado, si mal no recuerdo, junto al Teatro Principal de Burgos. El relato ( de 1926) me gustó aunque no volví al autor en los años posteriores. Hoy hojeo la obra y me encuentro ante muchos de las figuras que definen al pensamiento ultra español, ese pensamiento que se pretende castizo y que en más de una ocasión plagia a los tradicionalistas extranjeros . En cualquier caso la contundencia salvaje de este texto vence una repugnancia ética y política de fondo.... y a veces una sombría coincidencia metafísica)

jueves, 24 de mayo de 2007

EL INHUMANO ÁNGEL DEL CUIDADO

El contexto del cuidado es asimétrico y desproporcionado. En las famosas medallas de la madre se postulaba el “dar mucho, pedir poco” como lema de la maternidad. No nos confundamos: la cosa ya estaba contractualizándose ; el anuncio nos impelía a pagar a la madre por sus desvelos. El genuino lema del cuidador es dar para no pedir. En el cuidado hay un auténtico trasvase de potencial humano – trabajo, cariño, preocupación – que no recibe rédito alguno en idéntico lenguaje o con reciprocidad de lengua. Desde luego, algo se refleja como reacción a nuestra entrega. Hablamos de realidades vivas no de mero cuarzo. Sin embargo la imagen especular que nos contesta se declina en una gramática bien distinta --- en ocasiones abisal.


El contexto del cuidado se integra en un horizonte de metamorfosis para el cuidador. De algún modo, se espera de él la conversión en ángel custodio. Nuestra duda es si no se despertará convertido en un monstruoso insecto . Cabe esperar que en el devenir del proceso o bien el cuidador se vacíe del todo de su humanidad hasta alcanzar la condición cuasi-mineral – tornándose ángel de panteón o tumba que acompañará al objeto de sus desvelos más allá de la medida humana – o encuentre un nuevo marco de vida y enriquecimiento por medio de la entrega y el servicio, la subordinación plena de toda inteligencia e interés a un sentimiento de protección sobrehumana que nos convierte en heraldos de lo sobrenatural. O gótico angelote de sepulcro o fluido impersonal, superador de todo sexo y ego. En definitiva, el problema de la ética del cuidado es que si radicalizamos su base antropológica (o metafísica) desborda la humanidad misma, convirtiéndose en antihumana o sobrehumana. Curioso que lo que a veces consideramos lo más noble del hombre(la entrega amorosa) sea la semilla de su negación.

El cuidado; la ética del cuidado. Aunque, bien pensado, ¿no implica una torsión excesiva de las palabras – “ética”, “cuidado” – su anexión, su dicción conjunta?. ¿Cabe convertir en norma la entrega tutelar?¿ No es incongruente una ley del cuidado --- a pesar de su utilidad social e, incluso, su justicia? En verdad el descoyuntamiento ético sólo se muestra si abordamos el cuidado en su pureza, es decir, sin que quepa en él principio contractual alguno. Por ello, quizás, si el contractualismo de las éticas de la libertad y la reciprocidad nos pueden hacer olvidar la asimetría (tutorial) de ciertas situaciones que no son superables, la gratuidad y entrega del cuidador puede ubicarnos, finalmente, en un indeseable sublime inhumano.

martes, 22 de mayo de 2007

EL DEDO DEL VISIONARIO

Sebastian Haffner (Defying Hitler. A memoir), en los años previos a la IIª Guerra Mundial y desde su exilio inglés, rememora el ambiente de la República de Weimar en los años veinte:

“ El talante había ido haciéndose aún más apocalíptico. Corrían en torno a Berlín cientos de salvadores, individuos con el cabello largo, con cilicio, que aseguraban que eran enviados de Dios para salvar el mundo(...) El más destacado era un tal Haeusser, que se anunciaba en las columnas de anuncios y organizaba actos multitudinarios y tenía muchos seguidores. Según los periódicos, su equivalente en Munich era un tal Hitler (...) Mientras Hitler quería conseguir el Reich de los Mil Años mediante el asesinato masivo de todos los judíos, un tal Lamberty quería conseguirlo en Turingia haciendo saltar, cantar y bailar bailes populares a todo el mundo”
(Citado por Michael Burleigh: Causas Sagradas)

El logro de la famosa distancia reflexiva frente a la historia cercana – es decir frente al presente en tanto deseamos evaluarlo en su trascendencia histórica – se nos muestra como la mayor de las quimeras. Quizás la historia que nos convierte en sus personajes sólo acepte la mirada sorprendida y la ira caprichosa y pusilánime. O la literatura. Pero no la filosofía ni la ciencia ¿Cómo delimitar la tragedia de la comedia, distinguir al charlatán patético del peligroso criminal, a Lamberty de Hitler?


Suele, pasados los años, señalarse con admiración el dedo de aquellos que narraron a la bestia en su momentos iniciales, cerrado aún el huevo de la serpiente. Miramos a estos visionarios con asombro y tratamos de aprender de su método, el secreto de la interpretación de los rastros. Recorremos el dedo revelador de falsas revelaciones con maravilla y despreciamos a todos aquellos que no supieron ver ni oír; aquellos que, incluso, cubrieron a nuestro maestro con el manto de la burla o la indiferencia.

Pero la rueda del tiempo gira hasta para el dedo que señala el infortunio. El que hoy se nos ofrece sagaz ¿no se nos describirá mañana torvo por simple o necio? En la corta vida de un humano podemos contemplar el cambio de la distancia focal, la reinterpretación de santos y demonios. ¿Se censurará nuestra actitud hacia Hitler y se nos tachará de necios por no asumir la evidencia de su grandeza? ¿Recuperará Chamberlain su honor? ¿Se concebirá mañana a aquellos profetas que nos advirtieron del horror como necios y ciegos, idiotas que apenas balbuceaban las primeras letras de algún alfabeto de inteligencia?

¿Una filosofía de la historia para el presente? ¡Señor del ateísmo, no nos dejes caer en las redes de lo sublime!

... y, sin embargo,¡es tan difícil sustraerse a la visión global ¿Cómo vivir sin una filosofía de la historia, aunque sea la que nos narre el pasado más lejano imaginable?

jueves, 17 de mayo de 2007

ECOLOGÍA Y ÉTICA TUTELAR

Estamos dedicando la parte final del curso de CTS al análisis de la propuesta ecologista. Después de referirme a ciertos conceptos que identifican la posición de la ecología como (quizás) nuevo paradigma – red, holismo, emergetismo, riesgo, democracia cognitiva etc. – y ofrecer un panorama de la crisis ecológica global, intento en la última parte enfocar el ecologismo como una perspectiva moral y sociopolítica, como una alternativa que integra diversas posiciones que tienen en común la crítica a los presupuestos de la cultura moderna.

Son muchos los que enlazan el ecologismo con una complementación de la ética de la autonomía, la justicia y el pacto libre. Así nos hablan de una ética de la tutela y el cuidado. Si la ética de la autonomía y la reciprocidad puede considerarse adecuada en el caso de las relaciones sociales “entre iguales”, la ética del cuidado es el medio para vehicular las actuaciones entre desiguales. En realidad, se sostiene, ambas éticas han funcionado a lo largo de la historia y en todas las sociedades. Lo que sucede es que la primera ha ocupado con pretensión de exclusividad el espacio público – asociándose a lo político y el derecho, lo fundamental y lo masculino – mientras que la ética del cuidado se ha ubicado en los márgenes de la vida pública (en el orden de lo “familiar” y lo privado, políticamente no relevante y femenino).

Esta complementación – o quizás dialéctica – entre las dos lógicas de la éticas nos sitúan en otro de los horizontes del ecologismo: la ampliación de la comunidad moral o el nuevo cosmopolitismo. En efecto, esta ampliación de moral incluiría a aquellos con los que no cabe en sentido estricto una relación de pacto y libertad:
los niños, los discapacitados y los miserables (los parias de la Tierra),
las generaciones futuras y las anteriores,
los animales no humanos y, quizás, el ecosistema entero.
O dicho de otro modo: el ecologismo intenta redefinir las relaciones sociales en torno a una triple solidaridad moral: la solidaridad con los humanos del presente en todas sus situaciones, la solidaridad con los humanos pasados y futuros, la solidaridad con los no humanos. Todo muy discutible – Gómez Pin ha hablado sobre ello en un libro reciente.

La aparición del cuidado y la tutela en el espacio público se me antoja problemática . En el cuidado parece imponerse una relación de profundidad emocional que entra en conflicto con la misma idea de ampliación moral ( cabe suponer que la implicación emocional sólo brota en una situación de cercanía y restricción, que la profundidad es imposible si hay ampliación). Sin embargo, la tutela y el cuidado gratuito del otro, se nos ofrecen como la más hermosa de las constantes antropológicas, quizás sólo superficialmente asignada a eso que llamamos amor y que, bien visto, es palabra bien estrecha para referirse a una emoción tutelar endiabladamente compleja. El ecologismo, en este sentido, nos propondría una expansión de la emoción de la tutela más allá del marco reducido del hijo y el padre, del enfermo y el discapacitado. El Otro Radical – el que nada ofrece - y la Naturaleza se nos desvelan como objetos de nuestro cuidado y, especularmente, como nuestros cuidadores sin pacto (No puede esperarse contractualmente que si protejo al tigre de Bengala no vaya a ser devorado por él o que si tutelo a mi hijo seré cuidado en el futuro, aunque la apuesta está lanzada en mi acto gratuito que incluye una esperanza sin pacto).

Personalmente creo que la moralidad es la criatura más frágil jamás pergeñada por los humanos. Por eso siempre parece exigir una complemento proteínico: la ley positiva del derecho o la costumbre o la religión en todos sus formatos (más o menos mundana o transmundana, más o menos estética o metafísica). La ética de la autonomía y el pacto hacia los iguales en tanto posee una experiencia pública importante ha jugado en el orden del derecho y la política con la soltura que da la confianza. Por su lado, la ética de la tutela no ha sido ajena a la simbología religiosa, estética o metafísica. El ecologismo –alternativa espiritual, al menos en su versión “deep ecology” – juega con un viejo intento: convertir el amor, la amistad y la tutela del fuerte sobre el débil en motivo de acción pública. Utopía de futuro.¿Por qué renunciar a ella?

martes, 15 de mayo de 2007

OTRA VEZ SOBRE LA ESCUELA (RESPUESTA A SERENUS)

Hoy dejaré que algunas ideas más se( o me) cuezan en su salsa. Es respuesta a Serenus, que tuvo a bien dejar una nota en mi anterior comentario sobre la educación.

Serenus dice: "el pedagogismo y el psicologismo son las dos plagas,-o la misma plaga- que están impidiendo una solución al grave problema educativo que padecemos”. Creo que no estoy de acuerdo. Para que exista plaga debe existir "presencia abundante" y yo no veo presencia real de pedagogía más allá de los papeles legales. O mejor: no veo esa pedagogía (¡maligna!) a la que te refieres. Veo profesores que siguen haciendo lo que les da la gana con esta ley o la otra ---- lo cual no significa que (todos) sean mala gente ni tengan interés en destruir a las nuevas generaciones o que no considere que son adecuados profesores para mis hijos. Pero encerrados en las asignaturas y la “libertad de cátedra” huyen como de la peste de toda coordinación pedagógica – previa reflexión (¿qué son las comisiones de coordinación pedagógica hoy?) – y de la vacua (dicen) atención a la diversidad.

Creo, por tanto, que algo – el pedagogismo - que no tiene existencia no puede ser causa de nada y menos de la crisis del sistema y de la práctica educativa. Estas denuncias al pedagogismo me recuerdan a los críticos de la Institución Libre de Enseñanza que la culpaban de todos los males en la crisis de la Patria. Los problemas, creo, proceden de la diversidad de funciones, intereses, actitudes que se mezclan en la escuela.

Serenus dice: “Menospreciando las materias concretas, con un discurso vacío y buenista”. No se trata de que las materias concretas se menosprecien; pero creo que no pueden plantearse como islas al margen de lo que se hace en otras asignaturas. No deja de ser curioso el escándalo por la posibilidad de pasar curso con cuatro asignaturas suspensas y la insistencia en la integridad y la no fragmentación del bachillerato cuando, precisamente, el bachillerato está fragmentado en otras tantas asignaturas que pretenden ser autónomas (mi nota es mi nota)

Serenus dice: Trasmitiendo a la opinión pública la imagen del profesorado como un clase obsoleta en lo metodológico, y sin otro interés que el de mantener priviligios, vagancia y demás. ¿El pedagogismo como discurso antiprofesor? Uno diría que quizás es lo contrario: una forma de legitimar a través de la exposición detallada de los matices la tarea educativa. Aunque quizás se refiere a la (supuesta o real) lucha de clases entre maestros y profesores de bachillerato (siendo los primeros los aliados del contubernio pedagogista) y el odio a los últimos. El profesor de bachillerato ¿se siente perseguido?¿O tal vez envidiado? ¿Nadie nos quiere? ¿Quieren hacernos perder el estatus ontológico? Las conspiraciones me dejaron de entretener –aunque existan - en la tercera temporada de Expediente X. Creo que el bachillerato debe adaptarse a las nuevas necesidades, no puede ser el viejo y mítico y selecto bachillerato PARA TODOS PORQUE ERAN POCOS. Nuestro trabajo hoy es que pueda ser excelente y exigente para ALGUNOS y pueda ser un complemento formativo PARA OTROS TANTOS. Ese cambio en las funciones del profesor de bachillerato es lo que quizás no se asuma... ¡Es tan bonito sentirse sentando cátedra en el propio feudo, imponiendo las reglas adecuadas a la Razón y sin mas cuestionamiento!

Serenus dice: "El prestigio del profesor y de la educación es dependiente del prestigio de las materias concretas que imparte."El aprender a aprender" es un cuento y un fraude”. El prestigio – necesario para garantizar la eficacia - del sistema no puede depender de la mera suma de las materias sino que, como siempre, el todo tiene cualidades diferentes que son las atendibles y candidatas al prestigio o desprestigio. El prestigio del sistema radica en su eficacia, en cómo coloca tipos dotados de habilidades en el orden social ---- habilidades diversas, adecuadas a las diversas necesidades, sensibilidades, sentidos.... (y no quiero hablar de justicia social e igualdad de oportunidades por si me corren a gorrazos).

Por otro lado, ¿aprender a aprender es un cuento – porque no es real o posible – y un fraude –porque engaña? No entiendo: me parece una obviedad que se aprenden cosas – habilidades, ideas, párrafos del libro - pero también se aprende ( y es más importante) a saber buscar información, comentar un texto, exponer ordenadamente una opinión...

Hay en el fondo de todas estas discusiones – más allá del uso de la escuela como arma electoral o antipartidista – dos concepciones sobre lo que puede ser el bachillerato. Para algunos el bachillerato debe ser un espacio de exigencia que rompa la dinámica de la enseñanza obligatoria hacia lo alto (mínimos rigurosos, profundización de contenidos ...) de modo que necesariamente se convierte en una opción válida para alcanzar el nivel universitario con holgura curricular pero que necesariamente reduciría el número de titulados. Para otros el bachillerato es la continuación de la enseñanza obligatoria que rompe de modo más suave la dinámica de la etapa anterior y que no garantiza para todos un nivel de formación óptimo para la etapa universitaria pero que abre el espacio de la educación superior(técnica o universitaria) a un número mayor de personas. Personalmente creo en la necesidad de articular en el segundo modelo espacios para la mayor exigencia- para eso sirven las notas, por ejemplo y la orientación adecuada del profesor hacia estudios y lecturas motivadoras.

Más aún creo que hoy el modelo del bachillerato de la excelencia, en su estado más puro es impracticable y que sus defensores – la exigente casta de los antipedagógicos – lanzan brindis al sol y rodean su ego del prestigio que, supuestamente, tiene el bachillerato ultraexigente. Pero no quiero ofender...

domingo, 13 de mayo de 2007

SOBRE LA ESCUELA, una recomedación

He opinado sobre la escuela, su reforma, sus legislaciones y otras batallitas en diversos lugares de esta blog ( aquí, aquí, aquí y aquí por ejemplo). Esta mañana he comentado una anotación de Antes de las cenizas( ) que creo que refleja de manera clara (¿y puedo decir honrada?) posturas distintas a las mías. También he discrepado del buen amigo Miguel Boulesis y (su) nuevo bachillerato – que no entiendo - en otras ocasiones. De hecho empiezo a estar harto de toda esta polémica y he llegado a la conclusión de que lo que deseo es el silencio legislativo por una temporada, y a trabajar en el aula con los colegas (o salir al exilio).

Pues bien: tan triste dentro de mi estaba cuando he visitado la página-blog de nombre la Mirada Pedagógica (creo que es Boris Mir su autor), blog que ya estaba recomendada en mis enlaces favoritos pero que no soy fiel en las visitas. ¡ Me ha quitado palabras de la boca en su nota sobre el nuevo bachillerato.

¡Bravo Mirada pedagógica! Cada vez creo más que la clave del negocio está no en las legislaciones que casi nada mueven y mucho marean sino en la PEDAGOGÍA, en la manera de trabajar y en la necesaria coordinación a todos los niveles entre todos los profesores de un centro. Lo que sucede con la pedagogía es que tiene mala prensa y suena, en muchos sectores, como insulto. Por eso olvidémonos del nombre y hablemos de trabajo, de compartir ideas, de mejoramiento de los modos y maneras.

Recomiendo otra vez: la mirada pedagógica

jueves, 10 de mayo de 2007

JURO ANTE ESTE TRIBUNAL QUE TODO ESTÁ A PUNTO DE DESINTEGRASE (APOCALIPSIS CANÍBAL EN LA ESCUELA)


Cito del último libro del gran Félix de AzúaAbierto a todas horas – una cita recogida del blog de Pierre Assouline (Le Monde, 6 de diciembre de 2005) que cita literalmente unas palabras de Alain Finkielkraut. Todo el libro de Azúa, por su parte, es una gran cita – la cita total, la que selecciona todo el texto – de las anotaciones de su blog en El Boomeran(g)entre el 2005 y el 2006 . Del éter al papel.

El futuro de la cultura – dice el pensador francés - no es el desierto del silencio total, sino, más bien, la glosolalia, la exuberante volubilidad de una blogosfera planetaria(...) La información, Internet, ahogan las obras en un flujo textual informe, sin contenido. Y eso satisface cierta forma de igualitarismo.(...) No acabo de ver cómo podemos resistirnos a ese fenómeno, ya que tiene para sí una doble legitimidad. La del progreso técnico y la de la democracia triunfante


Y luego añade el propio Azúa su blog-flexión:
Ciertamente, lo más difícil para la vieja escuela va a ser la adaptación a una democracia masiva: esfuerzo, agonía y éxtasis, inteligencia singular, individualismo heroico, pieza única y original, selección de lo óptimo, lentitud, aislamiento. La antigua meta era la “obra maestra”, seguramente lo más odiado por la democracia de masas. Las obras maestras son hoy un destino turístico”.

La cultura y la escuela – como difusora de la misma – van a cambiar de un modo importante por la nueva situación en la que nos encontramos. La cultura en la era democrática – o, al menos, de masas, global y electrónica - no puede comprenderse como hace cien o cincuenta años. Pensemos en este mismo medio: el blog-web. Gracias a esta tecnología cualquier pensador de medio pelo o aficionado a la metafísica puede publicar sus productos con toda la parafernalia del espacio público: letra de imprenta e ilustraciones a todo color. Y encontrar un grupo de lectores que intercambian complicidades. Desde luego mientras leo (u ojeo) mis blog favoritas no estoy trabajando con las tragedias de Shakespeare y mientras añado mis comentarios a las anotaciones no estoy comentando “rigurosamente” los Diálogos de juventud de Platón. Y además gozo de un modo suave, apto para pasar la tarde. Siempre he pensado que en este océano de bitácoras nos sucede lo mismo que a los músicos de pop-rock: no necesitamos saber tocar demasiado para crear canciones que diviertan a los amigos más que una ópera wagneriana.
Respecto a la nota de Azúa sobre la escuela, estoy de acuerdo en que esos valores tienen difícil acomodo en la situación actual. Ahora bien: ¿alguna vez la escuela ha ejecutado esos valores? ¿Quizás en la mítica “escuela republicana” que intenta ir más allá de la canto memorístico y la “letra con sangre entra”? Pero ¿existió alguna vez o fue una alucinación de voluntaristas jóvenes? A veces sospecho que la escuela antigua fue, en paralelo inverso a lo que dice Azúa,

“ Trabajo penado, agonía sin culminación extática, memorística idiota y jerarquización desde el inicio (la fila de lo tontos, de los listos, de los medios); borreguismo y pieza única cien veces repetida (“no devo hablar en clase”, “no devo hablar en clase” .... “Deber se escribe con b”,”Deber se escribe con be”). Selección de lo cien veces trillado (el Miño nace en Fuentemiña, provincia de Lugo, pasa por Luego Orense, y Tuy y su principal afluente es el Sil que riega el valle del Bierzo)... y lentitud, sí, tedio, sí, agotamiento ... y, gracias a dios, recreo.

Desde luego hoy la escuela no está para los santos valores de la excelencia y la calidad como quisieran algunos. Tampoco es el infierno del rencor y la apatía. Hoy debe cumplir tantas funciones que está en una situación de dificultad extrema. Quizá se desintegre y muera ---enterrándonos a todos los que en ella nos refugiamos. Ahora bien: no está en las leyes – ni de estos progres ni de aquellos fachas el error y el mal ni mucho menos el remedio. Por eso creo que es el cambio real en nuestra conducta en el aula lo que podrá generar nuevas situaciones. Acción directa: necesitamos pedagogía vivida, nuestra, que se exude de nuestra experiencia y que queramos aplicar... Si la ley nos apoya, perfecto, si no sucede, pues....¿importa tanto?


Me parecen interesantes las reflexiones tanto de Azúa como de Finkielkraut – a ambos tengo cariño –pero quisiera pensar que están publicadas, en este medio bastardo, más con intención de comprender este mundo complejo que con los ojos inyectados en la sangre del profeta del Apocalipsis. Más –como decía en mi anterior anotación – con la ternura y la esperanza que con la cuchilla hiriente del analista deshumanizado.