sábado, 5 de noviembre de 2005

EL RAYO DE LA MUERTE Y ARQUÍMEDES

Arquímedes de Siracusa (287- 12 a.C.) es un matemático, físico y astrónomo de primer orden. En el mundo de las matemáticas contribuyó al estudio de las esferas y los cilindros, las parábolas y las espirales, proponiendo métodos en geometría que anticipan el cálculo diferencial de Newton. Muy conocida es su formulación del principio básico de la hidrostática, el principio de Arquímedes, y sus trabajos sobre la palanca. Para muchos es el más grande científico de la antigüedad.
Tampoco olvidamos que Arquímedes fue un ingeniero militar. La historia o la leyenda señala que cuando la flota Romana sitió la ciudad de Siracusa – colonia griega en Sicilia – Arquímedes ideó un sistema de espejos que, reflejando la luz del Sol sobre el casco de la naves logró incendiar la flota de Roma. Este acontecimiento, citado tanto por los historiadores griegos como por los romanos, siempre había sido considerado más como una leyenda, de las muchas que rodean la vida de Arquímedes, que como el relato de un hecho cierto.











En el año 2004 un programa de la televisión norteamericana – MythBuster – concluyó que la historia era una leyenda tras no conseguir reproducir la hazaña con sus expertos. El programa fue visto por David Wallace, del muy prestigioso MIT (Massachussets Institute of Technology). El cuatro de octubre, en un tejado del MIT, montó un sistema de 127 espejos cuadrados a 30 metros de una reproducción en madera del costado del barco. En poco más de diez minutos, el barco ardió en llamas. Los detalles e imágenes del experimento, pueden verse en la página de MIT. Lo que los investigadores han probado, desde luego, es que pudieron quemarse los barcos romanos no que se hiciera de hecho. Eso es asunto de historiadores, no de ingenieros. Wallace y sus colaboradores sólo han demostrado que el célebre “rayo de la muerte” de Arquímedes es técnicamente factible.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Creo que el experimento no presentaba la situación real en que se produce el acontecimiento, por lo tanto no podremos jamás saber si lo que hizo Arquímedes fue verdad.

Anónimo dijo...

Para que luego digan que la mejor arma no es el cerebro. ¿Que arma puede luchar contra un intenso rayo de sol? Supongo que ahora habra que llevar un espejo en el bolsillo por si a alguien se le ocurre quemar con la idea de arquimedes. Pero por desgracia yo no tendria manos para utilizarlo... y acabaría igual.