jueves, 14 de agosto de 2008

Consejas de Estío: Nina Gagen-Torn nos incita desde las tierras heladas del dolor a encontrar el ritmo que nos permita seguir viviendo la humanidad

La otra noche soñé que era fusilado. El sueño (largo y penoso) me narró en todo el proceso de la condena pero el eje de la visión estaba en la experiencia(mi experiencia) de la aniquilación física y el golpe de la bala que, finalmente, pude sentir en la carne onírica ( o tal vez sólo la intuición previa al disparo, cuando éste ya es irremediable y se presiente). La idea de la bala en la carne rompiendo los huesos es una imagen que circuncida mis imaginarios diurnos y nocturnos. La muerte accidental como quiebra; el crimen como ruptura que mira a los ojos.

Sueño en las noches agotadoras de principios de agosto, en una situación de tensión emocional nada recomendable pero, al parecer, imposible de evitar. Quizás la cena excesiva. Y la lectura de Esclavos de la Libertad de Vitali Shentalinski, primer volumen de una trilogía sobre la represión soviética sobre algunos intelectuales rusos: Bábel, Bulgákov, Pavel Florenski, el poeta Mandelshtam... redactada tras la revisión de los archivos del KGB ( o sus órganos chekistas antecedentes) y la entrada del escritor en la terrible Lubianka, sede de la seguridad del estado.

La crítica del poder soviético en la época estalinista merece ser recordada. La recuperación de la memoria histórica es necesaria allí y aquí. Las objeciones en contra sólo se asientan en el miedo a la violencia despertada. Pero no es el caso.


Además, el texto de Shentalinski es recomendable por diversos motivos más allá de su posicionamiento político. El autor nos ofrece una interpretación del papel de la literatura en la cultura rusa – la literatura es un parlamento popular en un época sin parlamentos, es la sede del alma rusa – anclada en lo eterno, más allá de partidismos o combates de circunstancias. Más aún: de un modo paradójico y siniestro, los propios archivos de la represión nos permiten acceder a textos desconocidos de los escritores represaliados y a las actas de la instrucción, analizables como (pre-póstumas, si se me permite) obras literarias de los escritores. Mentir, aceptar, negar, llegar al paroxismo de la invención, revalidar el vocabulario de la represión en definitiva.

Aunque no es uno de los autores centrales de este volumen, cita Shentalinski a la etnóloga y poeta – encerrada en el campo de Kolymá – Nina Gagen- Torn. Cito a la hermosa Nina:

“El tiempo y el espacio, el tiempo y el espacio....Puedes salir (del Gulag) tal y como entraste o , si no lo soportas, perder la razón... en el caso de que no aprendas a moverte mentalmente por el espacio llevando tus imágenes mentales al borde de la realidad. Pero si lo haces sin ritmo también te desquicias. El ritmo sirve de ayuda y guía”.

Sentirme como un animal subyugado despertó en mí una enorme compasión por todos los seres atrapados y encadenados. Estaba convencida de que la expresión de los ojos y la conducta de un ser entregado al poder absoluto apenas se diferencian entre una persona y un cuadrúpedo. Trabajé muchos años con caballos. Y se perfectamente cómo los animales se resisten y cómo se someten. No hay tanta diferencia entre el comportamiento de una yeguada, una grey de vacas y un rebaño humano. Esto no se traduce en desprecio hacia la gente, sino en respeto por los animales

La supervivencia a través de la aceptación de la animalidad y, en este acto de humillación, encontrar un ritmo de misericordia hacia todo lo vivo. La hermosura moral nos libera del mal. Lo sublime en lo sinistro.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Me ha gustado su escrito. Y las palabra de Nina son muy sugestivas. El enlace a Wikipedia en inglés muy útil para la práctica del idioma. Realmente didáctico. Gracias.

Anónimo dijo...

s

Anónimo dijo...

felicidades por sus textos y pedirle permiso para hermanar su blog con el mio en mis enlaces.

saludos y enhorabuena.

Luis González dijo...

Señor "extravios de la conciencia": tenga usted permiso para enlazar si así lo desea y tal autorización fuere necesario. Toca animarle en su blog como usted anima la mía, admitiendo que la blog, además de los usos profesionales, es expresión siempre de una aventura pseudopública de la conciencia.

Señor anónimo: gracias; me alegra que le guste el escrito.

El Toro de Barro editorial dijo...

Querido amigo:

Voy a publicar en el blog Poesía de El toro de barro un poema que escribió José Luis Giménez Frontín -ya fallecido- a Nina Hagen-Törn, que publiqué en el 2002 en papel, en la colección Cuadernos del Mediterráneo. Y quisiera también incluir en el blog este vibrante y duro artículo de Ud., que ilustra muy bien lo poco que sabemos de Nina. Siempre y cuando Ud. me lo permita. Por lo demás, decirle que ha anudado su blog en la lista de autores a seguir.
Un fuerte abrazo
Carlos