lunes, 10 de enero de 2011

Hospital del Estado (en la era del gran Anarka). UNO

Edward Kienholz: El Hospital Estatal. Exterior (1966)
 

DIVISORIA . El mundo se divide en dos grandes grupos humanos y esta partición es hoy mi estado de ánimo. Por un lado están aquellos que saben qué se oculta al otro lado de esa puerta (en el contendor Ward 19) y, por otro, los que lo desconocen. A su vez, el primer grupo  lo conforman al menos dos familias: los que cerrarían este estado de ánimo inestable  con una frase del tipo “En ese contenedor Ward 19 hay un X describible como Y”, y aquellos que no podrían traducir a palabras ni a signos ni a ideas lo que saben que hay ( y lo saben en tanto lo han visto). Muchos de estos muditos callan por soberbia de experto o por no confundir a la audiencia en hora de protección infantil (En realidad no creo que lo que oculte la caja sea nada especialmente horroroso ni que debamos proteger a los niños en este caso). Tengo la impresión – y también la esperanza – de que existe al menos un millar de individuos que callan porque alguien (o algo) les ha dicho que tener una idea es tarea muy difícil y que narrar lo visto – ut pictura poiesis - , exige la lentitud del paso que se arrastra en el atardecer agitando las sombras y los colores.

CAJA. La caja o la maleta. La maleta de Duchamp o las cajas de Joseph Cornell. Abiertas ambas, mostrando un pequeño museo, un despliegue del espíritu hegeliano después de que al caer en las bilis de la materia, se resquebrajara en millón y medio de cristalitos.




¿Será Ward 19 una prima de L´Egypte de Mme Cléo de Mérode:Cours elementaire d´Histoire Naturelle ejecutada por Cornell?



¿Será Ward 19 una cajita de música de la que sale una bella bailarina y ejecuta su danza circular para enamorar (o poner cachondo) a un soldadito de plomo cojo, antiguo derviche - heliotropo - reclutado violentamente en un acto de injusticia que en nada incrementa la maldad del más pérfido de los sultanes?

¿Soñamos con la bailarina que nos sonríe y nos dedica unos pocos pasos con los pies erizados sobre el suelo?

¿Será Ward 19 un contenedor portuario herido por el óxido que todo lo corroe en la cercanía del mar? ¿Qué oculta el almacén portátil? ¿Gatitos chinos que no saben del marramiau? ¿Inmigrantes ilegales de asfixiados y gelatinosos cuerpos? ¿Productos I+ D + i?.

Estética de puerto solitario, cuando ya se han ido los estibadores y los curiosos que buscaban  gangas y misterios con olor a ron y sexo. Estética de fábrica solitaria  – mi niñez – pero con la contundencia del mar en sus espaldas.

Un contenedor asolado como un estado de ánimo en medio de la alegría comunitaria.

HOSPITAL ESTATAL. ¿Sospechamos del nombre o nos sentimos protegidos en la fonación trisílaba? Acepto el  Estado del mismo modo y por similares razones que las que esgrimiría en mi defensa de la Iglesia si fuera monje: no confío en mi heterodoxia ni en el alcance de mis arrebatos de piedad y visión. Sin embargo, reconozco que la redescripción de Ward 19 como “hospital estatal” puede levantar suspicacias. A mucha gente le cuesta creer que en la caja Ward 19 se habite poéticamente o se edifique un hogar. Comprender esta posibilidad es el peligro en el que ahora me arrojo sabiendo que quizás en su seno habite la salvación como quería el poeta. Y firmo la orden de exculpación por este mi acto de desmesura y temeridad: soy consciente de que lo que abunda allí donde habita el peligro es la duplicación del dolor.

NOTA: En el grupo de aquellos que no saben lo qué hay al otro lado de la puerta de Kienholz se encuentran los que resuelven su aparente ignorancia entregándose a la borrachera wiki , a esa biblioteca sin moho que todo lo sabe. Para estas personas el conocimiento es sólo sexo. Irónicos, hacen burla de la tribu romántica y del soldadito de plomo que se embelesa ante la bailarina striper.

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