martes, 19 de octubre de 2010

ILUMINACIONES. TRAICIÓN RIMA CON DECEPCIÓN ( Exit Through the Gift Shop, Banksy dixit)

Francoise Mori (A P)

"... una jovencísima y guapísima estudiante francesa sobresale entre la multitud con el puño en alto y el gesto decidido. Va con una sudadera verde, una bufanda marrón -que son unos colores muy militares- y un poco despeinada, con ese aire cuidadosamente descuidado que tanto nos gusta de las mujeres del país vecino. Perfecta para hacer la revolución en la temporada otoño-invierno de 2010 (El País, 19 de octubre, blog Trending Topics)

Banksy en Gaza


"No creo que el arte sea nada especial, es simplemente una parte más de la industria del entretenimiento"(...) " No se si es posible ser un artista político, el arte requiere tanto ego y egoísmo, que, finalmente, se convierte en una carrera que a los que realmente atrae es a los gilipollas" (Banksy)





Lo que esconden los Simpson


"Si un llamado artista se vuelve capaz de actuar como una factoría, entonces ya no hay nada más que salvar. Nos han pasado por la picadora (....) Creo que las denuncias no sirven cuando emulan aquello mismo que critican. Es decir: denuncian aquello mismo que producen, reproduciéndolo ¡flipante! El sistema es así de perverso". (RAB// comentarios a la anterior nota)

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El sistema - entendido como aquello contra lo que luchan esos entes que se denominan antisistema - es un haz de fuerzas que nadie controla y todos describen. Los sobrino-nietos de los bichillos que salieron de la caja de Pandora y brotaron del suelo del Gólgota .

El sistema es el orden de la amistad y del amor, el paisaje de nuestras torpes iniciativas de decir te quiero; la sala de espera del morir. La matriz de todas nuestras neuras y buenas intenciones. El lugar de trabajo. El lienzo del pensar; el grosor de los pinceles y el brillo de la tinta. La escuela, el hospital, la familia, la escritura en blog y la ingestión de CO2. Los talleres chinos y el dolor de espalda, las pipas de cerámica y los diamantes manchados de sangre. La concreción del dinero y la sublimación justificativa del desgarro del explotado. El Heroin de Lou Reed palpitando en el corazón de todos los nostágicos espectadores.

El sistema es la fantasía del orden y el orden de la fantasía. El sistema es siempre un despliegue de opciones de futuro que se ensombrecen desde nuestra pobre conciencia doliente.

Una pena que Dios se fuera de Paraíso y nos dejara con el sistema. Los ilustrados revolucionarios no comprendían la necesidad del lloro cuando erigieron al sistema como torito dorado en el desierto. Nosotros ya no somos ilustrados aunque lo disimulemos por el miedo a la estética del apocalipsis, que es lo que procede según mi visión y la de tantos otros. La joven revolucionaria de arriba colocando contenedores ardiendo en la puerta del Lycée no es el apocalipsis pero se parece como un dibujo animado a un homínido. Desde luego el sistema se come a la joven revolucionaria convirtiéndola en chica l´Oreal con manzanita en la boca. Lo hace sin rencor, por acumular más teas en la hoguera de un futuro asalto a la razón.

El sistema es fuego heraclitiano y, desde otro sitio, hierático Ser parmenídeo. Y agua y tierra y aire. Tormenta, flujo de masas de aire caliente y frío. En el sistema hay unos poquitos que tiene el gusto mamporrero de ajustar el órgano fonador en la grupa erosionada de los muchos. Esos poquitos, más allá del amor cristiano y los derechos de propiedad recogidos por notarios con bigote, supongo que no pueden presentar cartas de triunfo en la noche del apocalipsis, cuando los muchos sueñan con la sangre y la convulsión de la navaja. El hambre y la injusticia anulan toda moralidad y queman legajos. En el apocalipsis la estética se coloca por delante de la ética. Y el arte demuestra que no ha muerto sino que siempre gana. Por eso los que tememos el apocalipsis creemos que es mejor seguir dando a los muchos con la miseria en la cabeza. Nos puede el miedo a la estética. Y nos creemos éticos por ser miedosos.

Estar a este juego es estar en política.

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El sistema devora todo aquello que nace a su sombra y con la cara esquinada. Al sistema le gusta los tipos con mal humor y los payasos simpáticos. Usurpación dialéctica o apropiación indebida. El trabajo de lo negativo. La joven revolucionaria del Lycée y la pared de Gaza de Banksy y el humor corrosivo de los dibujos amarillos . Imágenes todas de excitabilidad sistémica en la era de la reproductividad técnica. La pérdida del aura y la ganancia de ... ¿cuál era la ganancia?.

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Medito desde el ego trip porque no me meto en política ni acepto ser hermano del apocalipsis. Medito en la cobardía y toda la bicefalia es miedo y vergüenza de niño tonto. Medito con la tripa al aire y las manos entre las piernas. Por pasar el rato, para descargar la mala hostia, para despejarme la frente, para vengar unas cuantas afrentas mientras comienza el telediario y sentirme ese ser tan especial que ella estaba esperando y que se derrite en el tedio entre comida y comida, sueño y cabezada; medito para jugar a las escondidas, para que RAB// o el Pájaro o Serenus o Stalker o el Anónimo Veneciano me hagan sentir que el amor es muy bonito. Para perder tiempos ahora y en la hora de nuestra muerte; para rezar y excitarme o salir del paso o al paso o a contra del paso; para ver imágenes de otros atrapadas en mis ficciones, cerrar la puerta y abrir la ventana, despejar las nubes de cielo abierto o escupir borrascas...

Medito porque ego, ergo ego.

Medito porque sé que nadie lo lee y eso me hace especial (sólo yo leo que escribo, aristócrata de mí).

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Soy un mameluco destripado en las calles de Madrid.

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Me gusta que me cuenten que el arte ha llegado a su fin, que el hombre-factoría sólo genera reiteraciones y no anuncia el buen tiempo. Retozo en el engaño de las imágenes y de las tomaduras de pelo del arte que se dice muerto como las calaveras de Hirst.

Me excita que me decepcionen después de iluminarme con fuegos de artificio y cristales de colores. Soy como el indio bobo que vendió la Pachamama al primo del crucificado. En realidad no sé si me gusta la decepción o simplemente me he casado con ella por compromiso. Pero como está ahí prefiero que se ocupe en algo productivo como la intendencia de mi excitabilidad.

Soy un obsesivo que se corta con cuchillas.

Ni siquiera sé si los enunciados "Estas cosas me decepcionan, chico" o "la vida es decepcionante" o "Cómo me han decepcionado mis hijos, Luis" son fórmulas bien formadas y con algún tipo de sentido. Decepción es la sombra de la espera y su anuncio bajo la forma de ojos tristes y retinas llorosas sólo anuncia la candidez de nuevas esperanzas ( como todo el caso Gregorio Samsa culmina con la metamorfosis de la hermana en una lozana jovencita llena de ilusiones y aura de esperanza para los padres).

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Iluminación, traición, decepción. Secuencia inevitable con la que debe contar el jinete. No hay iluminaciones - aunque sean las míseras chispitas con las que yo me conformo - sin abrir el corazón a las cuchilladas de la traición (como la madre del Cristo nos anuncia).

Y sigo oyendo mis pasos en las pipas de Ai Weiwei como la verdad de todo un simulacro.

4 comentarios:

Stalker dijo...

Intensa exploración de tus propios márgenes, LUG.

Lo que me escribes me hace pensar (y me temo que tu aristocracia quede en cierto modo desactivada por los que te leemos y apreciamos, y que además nos apresuramos a recordarte: "amar es bonito") no en círculos sino en espiral:

acabo en el vórtice fatal, en el centro de la picadora, presto a que los fragmentos se me diseminen en terrenos baldíos (ahí donde dicen que vive la esperanza y otras abstracciones).

No tengo respuestas, no se me ocurre nada, pero las maquinarias de la alegría me trabajan el abajo al leerte, y eso resulta reconfortante en una noche de insomnio.

Me animo a recomendarte dos libros que abordan, con lúcida ironía y una sana dosis de mala leche, estos asuntos que medit-ambulas, que recorres meditabundo y sarcástico, al borde de ti mismo:

"Nunca fue tan hermosa la basura", de Jose Luis Pardo,

"Contra el arte y otras imposturas", de Chantal Maillard

Quizá los has leído ya.

El "Diccionario de las artes" de Azúa también brinda algunas pistas interesantes sobre este y otros puntos de fuga, pero imagino que este libro lo has recorrido hasta extenuarte en la delgadez de su trazo...

Salud y resistencia, y equilibrio en el precipicio, hermano,

un abrazo

Luis González dijo...

Estimado Stalker:

¡cuánto bien hacen tus palabras! Debe de ser verdad que amar es bonito o que bonitear es amoroso.

1.- La alternativa círculo-espiral me da vueltas desde hace unos días. En el fondo psicopatológico me planteo la cuestión a propósito de la posibilidad de salir de las propias obsesiones y de la verdad de aquella consigna: lo que no te mata te hace más fuerte. En la espuma cultural tengo en la mente algunos dibujos de Botticelli sobre las condenas infernales de Dante que son, obviamente, circulares. Por otro lado me gusta el contraste de esos castigos infernales con el famoso cuadro de la danza circular de matisse. El círculo me confunde y no sé si es figura ajustada a la época. La espiral nos hunde o nos asciende porque es taladro pero es realmente difícil convertir los estados anímicos de tipo circular- obsesivo en espirales. Soy débil criatura y muy poco guerrero del alma. Quizás la geometría no me salve.

2.- Respecto a los libros que recomiendas tomo nota de de la receta y paso a (re)ponérmelos en vena.

3.- Culturalmente, poéticamente, en el vórtice de la meditación y hasta en lo mejor de la inquietud ético-política acabamos en el centro de la picadora al que aludía RAB//. La tríada iluminación- traición-decepción se me hace insuperable. Y el único camino, supongo, es el retorno a la búsqueda entre ingenua y ácida de nuevas lucecitas, simulando permanencia o sonriendo irónicos en su precariedad como si esta vez fuese la definitiva. Sin embargo, amigo, por mucha ironía que nos inyectemos, la realización inevitable de lo precario hiere una y otra vez. Uno no se acostumbra. Será que soy débil criatura sunlunar.

Un abrazo

RAB dijo...

Una pregunta, mi querido LUG: ¿a qué llamas tú iluminación? (no sé si era Stalker, y ahora mismo no me apetece buscarlo pero creo que algún momento has citado la palabra, y si no la citas la aludes). Es una pregunta muy directa. Las distancias que crea la caligrafía de la razón a veces se vuelve infinita.
Y el arte, hijo... pues acabaremos diciendo lo que rezaba tan bellamente Machado:

y si la vida es corta
y no llega la mar a tu galera
aguarda sin partir y siempre espera
que el arte es largo, y además, no importa.

:+ :+

Luis González dijo...

"Iluminaciones" es el título de un librillo de Rimbaud. Las iluminaciones son lo que se esconde al otro lado de las puertas de la percepción de Huxley (o de Jim Morrison - Doors). Iluminaciones son los reflejos de las copas y las botellas de licor cuando me siento en una cafetería y me encuentro muy a gusto, tan a gusto que me enamoro de camareras o lloro para dentro como si fuera feliz-feliz. Iluminaciones son claros en el bosque, epacios de comprensión y experiencias del ¡ajá! en un mundo que no sé si es opaco, complejo o simplemente negro. Iluminaciones son los reflejos de un edificio en el cristal de las ventanas. Iluminaciones son esperanza, finalidad, sentidos que inevitablemente terminan en la traición/decepción porque las cosas son así. Iluminaciones son las costuras del sistema, allí donde uno encuentra los corchetes que muestran que el rey (o el sistema) está desnudo aunque sigue siendo el rey (y nos determina y nos lleva por sus caminos y convenciones aún cuando nos sentimos muy originales). Iluminaciones son lo que busco entre las pipas de cerámica de Ai Weiwei - cerrando los ojos muy fuerte para no ver la explotación de los talleres made in china. Iluminaciones son los efectos de ver el mundo con los ojillos semicerrados.

Iluminaciones son percepciones que me ponen y descubrimientos de ojos con los que me cruzo en una conversación (y que sé que son ligerezas, que nada dura, que se apartarán de mi).