lunes, 7 de abril de 2008

el hip hop y sus consonancias nos ganan por diez cabezas


Siempre he considerado que la filosofía en la enseñanza media pudiera – si fuera el caso de que alguien le planteara el trabajillo – atender a dos cuestiones fundamentales: la introducción en la cabeza de los muchachos de un vocabulario de carácter interdisciplinar ( o sea, un vocabulario filosófico y perdonen la perogrullada) y el desarrollo de las habilidades básicas en el hondo y honrado campo de la escritura. En definitiva: (UNO) escritura mediada por el pensamiento y la conversación (con vivos y muertos, con los “iguales” y los desiguales) que capacitara para hacer algo tan simple como exponer eso que suele llamarse la propia posición ( mucho más modesto que la búsqueda del puesto del hombre en el cosmos) y (DOS) una buena dosis o sobredosis de vocabulario puesto en uso, sea, usado para decir cosas. La sobredosis de vocabulario sería la parte violenta del negocio - ¿cómo aprender a decir despliegue dialéctico trascendental sin violencia? – y la escritura la contrapartida creativa y expresiva (¿O era al contrario y la escritura es la gran represión de la pereza y la vergüenza – un imposible para el alma de “niña a mujer” de nuestros clientes y, por el contrario, el vocabulario la salvación, la almohada mullidita en la que descargar las lágrimas?).

Desde luego estos objetivos exigen lo que parece no nos sobra hoy y se nos ofrecerá en miserias compungidas mañana: tiempo. Las reducciones horarias quitan las ganas no por flojedad – que este cuerpo está aún utilizable – sino por imposible. No cabe taller de escritura con una o dos horas semanales y, si falla esto, no hay coraje para golpear con sobredosis terminológicas (palabras, palabras, palabras...) a los incautos teenagers. Una o dos horas semanales multiplican por dos o tres el número de alumnos y dificultan la tarea de la corrección tanto como la sobreactuación que el escritor precisa en sus inicios.
Con una hora y n-alumnos cabe, un suponer optimista, dos redacciones corregidas al trimestre. Como de broma. Quizás sea adecuado que una de las pruebas se exija en endecasílabos para sustituir la ausencia de tiempo reflexivo con la cuenta silábica y resistencia forzada a la rima(amigos: el hip hop y sus consonancias nos ganan por diez cabezas ).

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