sábado, 8 de noviembre de 2008

DIME CON QUIEN TRABAJAS Y TE DIRÉ.... LA ADOLESCENCIA (I)



La adolescencia es un (puto)rollo.

La adolescencia es lo contrario - punto por punto - de la vida filosófica.

La enseñanza de la filosofía en esas edades implica la entrega del tesoro del saber filosófico a la piara de cerdos. Los entes la destrozarán convirtiéndola, en el mejor de los casos, en examen sobresaliente o póster de habitación solitaria. Monstruosos insectos devoran la Tradición Sapiencial como aquellas hormigas que me atacaron en la infancia, subiendo furiosas por mis piernas.

La decisión de estudiar filosofía en la adolescencia entraña una confusión cognitiva de primer orden. El sujeto aquejado de vocación confunde la filosofía con la poesía, el sacerdocio o el rock and roll. Nada bueno cabe esperar de los pensadores nacidos al pensar en esa ofuscación.

El adolescente cree encontrar en una canción o en el líder de un grupo de rock el secreto largamente buscado, la piedra filosofal. Llora mientras se pregunta por qué los mayores fueron tan estúpidos y no lograron ver lo de suyo evidente (Cuando Platón habló de la intuición intelectual de las esencias demostró que la adolescencia difícilmente se supera --- más cuando has llenado tu cuarto con fotografía de Sócrates y has participado en el rito sangriento. Sócrates se suicida ante el joven Platón como Kurt Cobain: con los ojos de la polis puestos en sus actos. Suicidados sociales ).


Los adolescentes son ángeles caídos en el cuerpo de animales restregados entre excrementos propios y ajenos. Perciben la basura como riqueza, la belleza como tedio y sus caras grasas como bellas. Cualquier clarificación razonable es percibida como tontería.

La adolescencia - ese (puto) rollo – se alarga como vibración o sombra. Cuando uno la supera se encuentra con la brevedad de la vida y el asqueroso (puto) rollo de la edad adulta, la vejez y la muerte saboreada como papilla de asilo.

Trabajo con adolescente y sobrevuelo sus vidas con mis discursos bla-bla-bluff. Vivo con mis hijos adolescentes.

Cuando ambos me sobrevuelen entraré en la precaria edad del hombre que vendió el mundo


Who knows?, not me
I never lost control
Your face to face
With the man who sold the world



DAVID BOWIE



NIRVANA




Imágenes : Egon Schiele

2 comentarios:

Miguel dijo...

¡Hola!
Mira por donde, hace cosa de 3 o 4 años leía unas declaraciones de Savater en el periódico. Estaba dando un curso de verano en una universidad sobre la filosofía y comentaba, entre otras cosas, que la adolescencia es quizás la edad más filosófica de la vida, porque está rodeada de interrogantes. Así que o bien el señor Savater tiene idealizada la adolescencia o tendrás que reconocer que algo de valor han de tener tus pupilos...
¡Salud!

Luis González dijo...

La percepción de la adolescencia ( y hasta la niñez) como edad filosófica no es nueva. Todo el proyecto de "filosofía para niños" parte de ese supuesto. En esta anotación-flash sobre el tema castigo en la adolescencia mi adolescencia(idealizada sin razón). Por lo demás, creo que no hay nada que mejore la adolescencia respecto a otras estancias del vivir.

Soy de la opinión de Platón - ese filósofo que tanto tiene de adolescente mal curado - cuando indicaba que la juventud no era lugar adecuado para la dialéctica.O para mejor matizar: la adolescencia es lugar para la reflexión filosófica en tanto en ésta hay lugar para el entusiasmo y el cuestionamiento nihilista. Pero si la filosofía es sapiencia o programa de vida o vida en la prudencia - y creo que la filosofía debe ser eso - pues la adolescencia es estado transitorio: un rollo.

Por lo demás: amo a mis adolescentes alumnos y a mis adolescentes hijos. En su dolorosa impertinencia y anomía.