Robert Motherwell: At Five in the Afternoon(1949)
Agoniza o pierde escamas, se despelleja en el caldo de su propia desazón. El alma. Las cinco de la tarde: demasiado pronto para meterse en la cama y hacer noche. No procede la siesta según el calendario. Son las cinco de la tarde hora de desvanecimiento si es de desaparecer en la inconsciencia de lo que se trata. ¿Es ese el caso?. No soy Lord Chandos.
Agoniza el espacio de la escritura por contagiarse en exceso de baba vital. Ayer pensaba. Ayer, a las cinco de la tarde, marcaba en negro plazas de meditación y logomaquia. Tachaba. Pensaba en la traducción: de la vida a la letra, la imaginería del concepto. Qué vórtice más tonto. Me acuerdo del viejo profesor que decía que la metafísica aborda la implicación de lo universal y lo particular. Lo particular, sea, yo. Lo universal, sea, yo. Traducción egótica.
Agoniza esta blog desde hace mucho tiempo. Quizás desde que abandonó su primitivo objetivo escolar. Ya se sabe: es salir de la escuela y morir en la intemperie. La escuela como burbuja y alcanfor. La hora mágica de la clase. Pero hablo de la blog. Digo: Agoniza o pierde pelo o escamas o piel. Pierde en proporción directa a su desbordamiento en falsos yo. Vale: todo yo es falso pero tú me entiendes. Gradualismo de la ficción o la verdad como una mentira 0,0 º . Ella, la blog, se sabe mentirosa, por exagerada, por seductora y exhibicionista. No hables, querida, de la traducción de la vida a la escritura.
Todo ya agonía a las cinco de la tarde, cuando no me parece oportuno acostarme "hasta mañana" (no future). Siesta, no. Cabezada vespertina de borracho. Quizás eso cuadre. O ir a los toros y contemplar la matanza, la estupidez de lo que dicen rito - la estupidez de todos los ritos.
Sólo queda esa misteriosa articulación - otra vez el codo - de lo universal y lo individual. Qué oquedad, dios mío, qué cueva ha dejado en el alma la caída de las últimas escamas de la metafísica.
Agonía o logomaquia. At five in the afternoon
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At five in the afternoon(Samira Makhmalbaf, 2003)
Lo relevante: el rostro. Toda reflexión se hunde en la concreción de una historia. El paraguas como cielo protector, tan parecido a la cúpula de la mezquita. Pero la cúpula se encarna en la carne, en el rostro... una historia. La metafísica en una historia. Mi historia, la historia de ella (de ellas, en plural).
Cúpula mezquita de Selimiye de Edirne(Turquía)
El azul signa hermosura porque no invade su rostro. Rostro enmarcado en celosía, en cúpula-paraguas que hace perdonar tradiciones. Tradición enmarcada y legitimada en el rostro. La pequeña cosa de lo bello legitimando en lo individual que asciende hacia la geometría del azul. La cúpula del paraguas como la mejor de las mezquitas, el más hermoso de los templos jamás narrado por los viajeros. El templo de tu rostro. Soy politeísta.
Eso es lo importante. Mi alma es el alma de ella. Ellas, las almas. Eso.
Eso es lo importante. Mi alma es el alma de ella. Ellas, las almas. Eso.
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