miércoles, 27 de octubre de 2010

ESPACIO DE VACÍO (EL GATITO SIN ROSTRO)- I

René Magritte: la Gran Guerra (1964)

1.- Hay heridas que dolieron tanto que sus agujas siguen hoy inyectándonos dosis peligrosísimas de esperanza en ese futuro en el que cesará el dolor.

1.1. Cree la nada en la resurrección porque a diario se entregan a ella emociones, ideas y almas fúnebres (y hasta enteras ciudades felices).

Resucita la oquedad.

1.1.1. No es la nada una cabeza sin rostro como la que cuentan que muestra el gatito marramiau (véase otro día).


2.- "... se demora en el objeto, que por definición, ausente el sujeto que lo interpreta, contempla y evalúa, no es nada (esto es, es algo resonante materialmente, pero carente de significado)..."
(Ricardo Menéndez Salmón: La luz es más antigua que el amor)


3.- "Si amas la libertad, no reveles que mi rostro es la prisión del amor..."(Leonardo da Vinci)


3.1. Mi sonrisa es cifra de derrota y debilidad. Debo de ser muy alegre porque sonrío - dicen. Los humanos son ciegos (gracias a dios) y yo soy tan humano que.... en fin, me da por sonreír.

3.1.1. Mi sonrisa me define en el fracaso de la sinceridad y la ligereza de la máscara.

3.2. Por dentro no sonrío tanto. Sonrío por - dentro-pero-no- tanto ante las cosas y sus brillos. Me gustan las cosas y por eso apuesto por la (mi) vida. En cierto sentido, vivo por todo lo inanimado que me rodea llenito de luz.

3.2.1. A veces sonrío(por dentro) a las personas. No sé si en esos casos las cosifico (y eso está mal según el credo existencialista tanto como es trágicamente inevitable). Cuando sonrío por dentro a las personas las cosifico, es decir, las convierto en fuente de luz.

3.2.1.1. No estoy de acuerdo con la idea de Bocanegra - Menéndez Salmón sobre la conversión del amor en acento circunflejo de lo humano. Amo a las cosas y ellas me aman. Nuestra relación es seria (aunque no matrimonial) y no nos unimos sólo por concupiscencia luminiscente. La luz es más antigua que el amor pero por cuestión de minutos (como los gemelos).

El amor brota del choque de la luz con las cosas. Es su calor, la extraña vibración, el casi instantáneo reflejo.

3.2.3 No soy capaz de decir bobadas ni animar con suspicacias el chispeante mundo de la sociabilidad. Soy como un lobo que ríe. Río porque, quizás, nací sin dientes para morder. Los humanos son los dientes de una bestia que sólo al trasluz distingo y del que me hablan las cosas en susurros. La luz circuncida a la bestia. Nada de maniqueísmo.

Hay una fiera que habla y provoca mi sonrisa(exterior).


3.3. Como los grandes depresivos sonrío mucho. Pero no soy gran depresivo porque me salvan las cosas, a las que sonrío mientras los demás me ven mirando serio.

3.3.1. Algunas personas - sobre todo mujeres - se acercan a mi lado porque dicen que les tranquilizo. Absorbo sus tensiones con mi sonrisa gilipollas. Por eso soy un tipo majo, al que se quiere al modo perro (y diría que lo hacen sinceramente si tal cosa fuese posible). Sin embargo creo que son capaces de ver mi debilidad de lobo desdentado y, simplemente, se aprovechan de ella. Aprovecharse de la debilidad es muy humano; no lo condeno. Soy un osito, un niño, una nada que se puede mandar a la cama cuando llegan los mayores. Me gusta perversamente.

No odio a los humanos. Prefiero las cosas, eso es todo. Prefiero esa nada que para Menéndez-Salmón es algo resonante materialmente, pero carente de significado .

Algo resuena carente de significado...

2 comentarios:

Stalker dijo...

LUG:

deliciosa espeleología a cierta forma de interioridad ex-puesta. Te veo como un filósofo, es decir, alguien en el filo (de sí), alguien que explora su campo de intrascendencia (aunque aparecen metáforas muertas y leñosas como la sempiterna y trasnochada "luz", bien es verdad que aquí trasplantada a terreno más fértil).

Tu perplejidad se dice y desdice como un gatito en su sueño.

Me ha gustado la sonrisa de lobo. ¿Y si sonreímos para defendernos? ¿Y si es un acto reflejo con el que pretendemos espantar al otro, un remoto residuo biológico de antepasados cuadrúpedos y feroces?

Te deseo la nada insignificante y el vacío lleno de fluctuaciones donde algo -algo inadvertido, pequeño, y mudo- pasa, nos pasa o nos atraviesa, sin dejar poso o rastro: quizá el gozo, un tipo de gozo convulso e íntimo.

salve

Luis González dijo...

Estimado Stalker:

me divierte (o es "interesante"que decían los románticos) la coincidencia de mis meditaciones-instalaciones con las tuyas (la reflexión sobre las cosas y los objetos, la presencia del gato). Respecto a la "interioridad ex-puesta" me atraviesan pinchos de sospecha y me-figuro en interioridad taponada por la densidad de las palabras, palabras, palabras. Sólo lateralmente (y con los ojos acbinados) me veo... ¡como gatito sin cara!.

La metafóra de la luz y del amor: ¡leñosa! - dices. Y coincido. La filosofía platónica-neoplatónica, quizas las más popular de la historia, gusta de la distorsión y el ocultamiento. Bien.

Salud!