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Los filósofos, la carcoma del lenguaje. Dicen: cuando usted afirma "X es B", ¿qué quiere realmente decir?. Cuando usted experimenta S, ¿qué experimenta en verdad?. ¿Qué es en profundidad eso? --- preguntas todas ellas de trastornados.
Los filósofos han inventado el dolor de la ininteligibilidad (allí donde el poeta, al menos, desvela el placer).
Los filósofos, viejos, humillan la juventud y consideran que la madurez es sinónimo de experiencia, juicio, sapiencia o, en la cima del desvarío, florecimiento del espíritu. Los órganos del conocer y los caminos hacia la realidad (la experiencia y el juicio o el verso) son suyos: mienten (desde luego no pueden sostener que son suyos otros órganos más placenteros).
Mientras el maestro explica --- los jóvenes discípulos se enredan con el deseo ------ sólo en los postres del impulso, cuando se nota la muerte en los pliegues del pecho, comienzan a hacer caso a la legión de entidades de la vejez. Como si, cobardes, se preparasen un plan de pensiones. Oyen a las (viejas) sirenas.
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