miércoles, 10 de marzo de 2010

DEPREDACIÓN DE SI. PAYASOS (5)

"En aquellas costumbres existía el gusto por lo deforme, particularmente en las mujeres, y sobre todo en las hermosas. ¿Cómo ser bellas sin tener un hombre ridículo?¿De qué sirve ser reina si no se tutea a algún bufón?"
(Victor Hugo: El hombre que ríe)

Soy injusto, lo sé. No es correcto confundir al payaso con el hombre ridículo y, menos aún, asociar al hombre ridículo con la mujer cruel de uñas fuertes y aceradas que araña y desgarra según el santo designio de su capricho, voluntad o neura. Es triste (y falso) suponer que el poderío de la mujer pantera necesite la presencia de semejante espécimen deforme. Cuando el felino ruge el hombre ridículo se enrosca sobre sí como esos insectos que al ser aplastados se crujen el alma y, chass, desaparecen.

Sería injusto confundir al hombre ridículo con el payaso. El hombre ridículo carece de fondo siniestro o trágico. Es un desgarro, sí, pero como sin hondura. Un desgarro posmoderno en el discurso de la masculinidad. Un arañazo que no precisa color ni mueca exigente. Una de esas heridas que se cuidan con tirita o cancioncilla de cura- sana-rana.

A veces me siento - me vivo, es decir, me pienso - como hombre ridículo. Duele, jó, porque tengo cierta predisposición trágica y cachonda. Por eso llegar a ser payaso me haría ilusión. Aunque fuera payaso blanco o un payasete sin pretensiones de violencia profética, mero colorín en una falda cósmica, cara pixelada en un subidón digital.

Pierrot mirando la luna y amando en silencio a camareras o señoritas con sombreros berlineses azul-Klein.

Charlie Rivel mirando al cielo y aullando la tragedia ante los soldados SS.



Ridículo (de reticulus): bolsa que, pendiente de unos cordones, usaban las señoritas para llevar pañuelos y otras menudencias(RAE).

Ser estructura reticular; el bolsito de las pequeñas cosas (para ella). Vaciarse en el no ser nada salvo concavidad para sus inquietudes.

Ser retícula en la tarea de la depredación de sí (para mi). Desmenuzarse en geometría de cristal o hielo y recoger las esquirlas en una bolsita tejida con mi piel y colgada de su cuello. Ser su amuleto y regenerarme en su buena estrella.

Perderse, bufón o payaso, entre las propias palabras que son huecas y alguien debe llenar de sentimientos ----- ¿ son mejor mis palabras que tu cadera, Colombina?

Auuuuu!!

Marramiau!!


Imágenes: Maurice Sand: Masques et bouffons. Paris, Michel Levy Freres, 1860
Cindy Sherman: Serie payasos
Vídeo: Elected de Alice Cooper


6 comentarios:

PÁJARO DE CHINA dijo...

La segunda parte de este quinto Payaso Lab es un poema en prosa de una ternura que desarma. No es la ofrenda de un hombre rídiculo. Es un modo de estar de un hombre que destila una ternura arrasadora. En cuanto a la coda, a Alice Cooper lo tengo en un altar (sobre todo a partir de las cuatro de la mañana, la hora próxima a la de la Srta. Sarah Kane).

La primera parte es tu sesera funcionando a pleno. Cuidado, que toda reina necesita un súbdito. La mujer pantera nació para arañar. Es su naturaleza. Tarde o temprano acorrala a Marramiau en un ángulo. Como a todo el que porta garras (menos los perros), le encanta el espectáculo del débil desesperado.

Yo diría que el hombre ridículo (con ese desgarro light típicamente posmoderno) es una especie de Payaso CB (Copia Barata) del Payaso A (Payaso Auténtico). Una degradación, un Made in China. Es la ridiculez que tanto se celebra como liberación del dogma, del manifiesto y los imperativos revolucionarios.

Un tortugo tan atrozmente lúcido tiene en sí mismo la dulzura del Pierrot encandilado ante las señoritas de sombreros berlineses azul-Klein. No es una cosa o la otra. Son las dos, mezcladas.

Así es tu escritura.

PÁJARO DE CHINA dijo...

P.S. La velocidad del entusiasmo también me conduce a esdrujulear la ridiculez. Y a inventar el verbo esdrujulear en la posdata. Es lúdico, por ende, hace bien.

Luis González dijo...

Dice el Pájaro: ¿Dulce lucidez?¿Mezcla?¿Qué significa "mezcla"?¿Bicefalia desgarrada o místico encuentro?¿Qué significa prosa poética?¿Qué debería hacer la Bicéfala para convertir sus flujos escriturales en poema? ¿Abreviar, cortar, silabear, salivar, centrifugar, romper aún más las ideas en acelerador de partículas? ¡¡Qué confuso es todo!!

La reina - fantasmagoría en el caso si no siempre - necesita súbdito y el súbdito puede humillarse hasta el extremo y aburrir mortalmente a la reina porque el encanto del "espectáculo del débil desesperado" tiene un límite. ¿Puede la reina seguir siendo reina - y sólo lo es si mantiene al menos la dignidad de la conciencia y la lucidez - si el súbdito se humilla en el extremo, se vacía como los hombre de paja de Eliot? ¡¡El misterio del mártir fanático frente al emperador!!

El hombre ridículo es un rollo (¿cómo se dice en argento ser un rollo?)pero es lo que toca, es el signo de los tiempos en el orden micro y el macro.

Me dejo encarnado en Pierrot y saludo al pájaro de china que cruza la luna como la navaja de Buñuel el ojo del vidente...

PÁJARO DE CHINA dijo...

Sentipensando tu escritura desde el comienzo (considerando que nuestro matrimonio hereje ya lleva un tiempito) creo que lo tuyo es prosa poética, todo el tiempo. Porque todo el tiempo jugás con la ambivalencia. Univocidad (¡pero qué sustantivo, señorita, a las tres y media de la matina!), jamás.

Sí, ¿viste que muchos creen que hacer un poema es como trocear carne y colgarla de un gancho metálico? Vos bien sabés cómo es. Estás preguntando haciéndote el gracioso. Es como ponerle música y silencios a la prosa, sospecho (de hecho, vos muchas veces musicalizás los textos). Pasadizos, conjeturas, puentes, preguntas. Decir sin decir. ¡Pero esto ya es como disecar una mariposa! No lo sé, realmente. Es volcarse, como cuando se te vuelca el café. Derramarse. Abrirse el pecho en canal y sacar con la mano (sin guante) lo que hay. O como acariciar un cachorrito en la falda, auscultándolo, palpándolo, pegándolo a tu cara (estoy haciéndolo ahora mismo, llegó Camilo con dos meses, un frenchie de ojos que asilan toda la melancolía de este mundo y espléndidas orejas de murciélago).

Vuelvo a leer. Leo la segunda parte del texto como un poema, sí, con algunas pausas mentales. Lo juro. Podría aprender a armar un podcast y colgarlo en el pajarito. Además, puedo verlo. La bolsita de piel, el talismán, el retículo para la buena estrella ...

Camilo duerme plácidamente. Es un poema blanco con parches negros en los ojos y las bati-orejas. Y el rabo, también, cortísimo.

PÁJARO DE CHINA dijo...

P.S. Soy la cabra muerta cuyo ojo palpitante rasga el filo del Sr. Buñuel (con un perro - no andaluz - en la falda).

La mezcla implica mística y desgarramiento, en dosis desequilibradas e intermitentes. Ese es su secreto. Por eso tu cabeza, como el tiempo, no para (cantaba Cazuza).

Luis González dijo...

Aprendo de tu poética y de tus versos. Sí, yo también sientopienso y medito la ambigüedad (del mundo) con más ambigüedad. Pero la falta de univocidad debe ser significativa, es decir, hostiarnos las vísceras y las cervicales del alma.

Y, desde leugo, gracias por la hermosa conyugalidad hereje de todos estos meses.
(Si me concentro puedo percibir el latido del corazón de tus cachorros y el calor de su piel)