miércoles, 1 de julio de 2009

RECONSTRUCCIÓN DE UN CIERTO ESPEJO NEGRO (I)


ALICIA

La niña juega, delicada y salvaje. Sus hermanitos, al parecer, han optado por la huida hacia el bosque o el parque después de la pequeña paliza. Ella se revuelve en el suelo un rato, canaliza la ira en expiraciones ruidosas y finalmente se queda tumbada boca abajo, con la falda casi en la cintura. Balbucea tierra y polvo. Se da la vuelta para limpiarse el verde de la rodilla y humedecer con su saliva la herida del codo. Le mira. Le sonríe y vuelve a dejarse caer en la tierra para tramar alguna sutil venganza.

Una sonrisa - la sonrisa y la caricia son los argumentos fundamentales para matizar cualquier materialismo – se refleja en los ojos del lógico esteta. Sus ojos tienen patente de corso - concedida por la filosofía y el arte – y se enredan en los pliegues de la ropa y detectan más de siete franjas de luz que merecerían ser memorizadas. Se toma nota en silencio, siempre en el maldito silencio.

Para hablar el lógico esteta necesitaría escribir un libro. Quizás un cuento sobre una niña a la que se somete a un viaje para mayor gloria de los puntos de luz y la gama de colores. El bueno del lógico esteta se lo piensa. Duda. ¿Por qué expresar cuando cabe la visión, la contemplación y el silencio plácido? Sabe que la expresión de las luminarias encontradas entre las cosas está siempre a un paso del ridículo y a dos del escarnio.

Al atardecer la hierba se sube encima de la mesa y oculta la taza de té. Acaricia la mano del buen lógico y éste comprende que el verde le está hermanando con la niña. Se inicia el paseo y la expresión. La maravilla de las maravillas expía cualquier torpeza de la piel o la boca. La barca navegará por el río . La niña, con los ojos cerrados, escuchará su propia historia mientras su cuerpo y sus ropas se tornan porta aeronaves de las siete franjas de luz dignas de ser memorizadas.

Estética gloriosa e impasse ético

Imagen: Retrato de Alice Liddell, Charles Lutwidge Dodgson,

2 comentarios:

Stalker dijo...

Me alegra que sigas en forma, bicéfalo...

abrazos

Luis González dijo...

Después de algún informe, más me siento de-forme. Me alegra su alegría.