viernes, 31 de julio de 2009

CANSANCIO LUNAR O ECLIPSE DE TODAS LAS ESCRITURAS


Estoy cansado. Resulta raro que diga esto la tortuga, animal como eternamente agotado. Pero las cosas son así, como se sienten, y yo voy y las anoto. El cansancio le caza a uno allí y cuando quiere y da igual que estemos en vacaciones o que no hayamos pegado palo al agua. En eso se parece al aburrimiento. Nos dominan. O al menos dominan a la Bicéfala (que no puedo hablar en rigor del resto del reino animal).

Estoy cansado después de unos meses de extrema excitación. La ficción y la analítica me agotan. Entendamos: no es que vaya a renunciar a la escritura. Sería, en estos momentos, casi como dejar de respirar. Y uno asume que aunque el oxígeno le fastidie sobremanera pues no hay más remedio que seguir buscándolo --- aunque, a veces, lo tintemos de humos y otros artificios. Me han agotado algunas cosas que he escrito – por ejemplo toda la historia del tatuaje – y he comprendido que mi forma de trabajar es, además de lenta, muy estresante: constantemente borro, subo y bajo el cursor, paso de un párrafo a otro, cambio intensidades según mi estado de ánimo. Si escribiera a mano quizás evitaría ese sin vivir. Podría, finalmente, narrar, contar una historia. Pero, la verdad, es que el trabajo en el ordenador me excita más; la escritura manual, vale, como sustituto no está mal. Es como el sexo manual que nunca debe olvidarse de meterlo en la maleta pero... (etcétera). Comprendo que lo que excita canse y, en los postres, acabe aburriendo. Sin embargo, toda toma de conciencia de la génesis del cansancio no elimina ni un poquito la sensación. Para que luego digan que la toma de conciencia de las cosas es sanadora...

Estoy cansado y molesto porque mi ropa huele a humo. Eso tiene arreglo. O no (no sé como estoy de fuerte para frenar adicciones superadas).

Estoy cansado ahora, en las puertas del mes de agosto porque agosto tiene la mejor luna llena del año y el que vaya ocupando el horizonte tan lentamente me agota. La luna agosteña a veces se tiñe de rojo sangre y anuncia tragedias pero, qué le voy a hacer, nací un mes de agosto y las semanas que lo componen – cayendo lentas o rápidas, las más lentas o las más rápidas – siempre las he vivido con esa mezcla de placer y angustia que definen a la Bicéfala. Por eso, porque le amo, temo a Agosto. Me encomiendo a los dioses porque como estoy tan cansado me noto débil, demasiado descentrado para enfrentarme a la luna roja de agosto.

Estoy cansado (¿lo he dicho?). Estoy cansado de que tanta gente hable de mis poderes tranquilizadores, de mis emanaciones zen. Me siento un ídolo budista en el que se consuelan los pecadores del mundo (¿no es cansado que los pecadores del mundo lleguen a ti cuando ya no son o no quieren ser pecadores?). Y cansa ser así para los otros porque a veces creo que esa serenidad es reflejo de mis descentramientos interiores, de un ir revolucionado en el alma que - misterios – provoca en los otros la visión de la placidez. Raro. Me molesta ser almohada zen pero también me gusta servir a la humanidad. Tierno. Quisiera servir de consuelo zen sólo a quién yo deseara.

Estoy cansado de recordar, de añorar, de ser dibujo de melancolía.

Cumplo años, ¡cómo envejezco!




Golpes Bajos Estoy Enfermo (Caja de Ritmos, 1984, qué jóvenes)

8 comentarios:

PÁJARO DE CHINA dijo...

Me alegra que cumplas años. Me alegra que existas, para mí. Soy muy egoísta. Además hay solo dos opciones: o cumplir años o no cumplirlos. Elijamos la primera. Significa que estamos vivos, que siempre es una buena noticia, excepto para aquellos para quienes la vida se puesto definitivamente intolerable y no tienen una pistola a mano (para matarse o salir a matar).

Escribir es ser víctima de un virus que te asedia, sin antídoto posible. Sos el rehén de tu escritura y ella es tu liberación.

¿Y si probás con la escritura automática?

A mí lo que me sana es tu ambivalencia (bueno, sos bicéfalo) y tu perfume perversito. Si además hay una impronta zen ... ¡qué maravilla de la naturaleza!.

Luminoso agosto y extraordinario día.

Luis González dijo...

Oh, dios! Alegra la alegría marielina. Es bueno cumplir, es bueno envejecer, es bueno enfermar. Zen.

"Perfurme perversito". Sólo aire, no crea.

¿Escritura automática? Aprenderé técnica.

¡Viva la luna de agosto!

NINA dijo...

"Lejos, melancolía aborrecida!" grita el gran John Milton.
Si te sirve de consuelo muchos están cansados y no todos tienen sin embargo la fuerza de enunciarlo, así que....no escondas tus vitaminas, que saltan en tu prosa.

Stalker dijo...

LUG:

curioso que te vean como a una almohada-zen; yo diría que eres más bien una avispa-Zen: siempre con el aguijón de la ironía, agudo, lúcido y penetrante.

El cansancio subyace a todas las modalidades senti-mentales en nuestro palimpsesto anímico. Es fluctuante, líquido, aprovecha cualquier intersticio para poner ahí sus huevos. No pasa nada. Seguirás ahí, estoy seguro.

abrazos

PÁJARO DE CHINA dijo...

Bicéfala, no hay técnica para la escritura automática, usted ya sabe. Simplemente siéntese, abra la boca y escupa. Perdón, hoy no ando muy fina. Tengo para mí que todos los zen tienen un Lado B perversito. Al lado zen lo azuzan con el perversito y, al lado perversito, lo calman y lo salvan del psiquiátrico o de la cárcel con el zen. Agosto brillará.

Serenus Zeitbloom dijo...

Estar cansado tiene plumas,
tiene plumas graciosas como un loro,
plumas que desde luego nunca vuelan,
mas balbucean igual que loro.

Estoy cansado de las casas,
prontamente en ruinas sin un gesto;
estoy cansado de las cosas,
con un latir de seda vueltas luego de espaldas.

Estoy cansado de estar vivo,
aunque más cansado sería el estar muerto;
estoy cansado del estar cansado
entre plumas ligeras sagazmente,
plumas del loro aquel tan familiar o triste,
el loro aquel del siempre estar cansado.


Saludos Lug, y descanse.
A otros el calor nos sume en el silencio.

Saludos Lug y descanse.

Serenus Zeitbloom dijo...

Ah, el poema es de un tal Luis Cernuda.

Luis González dijo...

Recién llegado, leo comentarios que me oxigenan. Glóbulos rojos. Gracias por el ánimo.

Procuraré seguir siendo