miércoles, 25 de abril de 2007

HIPERTECNOLOGÍA Y ECOLOGÍA. JAMES LOVELOCK : LA VENGANZA DE LA TIERRA. (DOS)



De una manera simplificadora la perspectiva ecologista se puede construir desde algunos conceptos vertebradores:

1.- El holismo o visión global, (interrelacional, sistémica, orgánica).

2.- La debilitación del antropocentrismo (con diversas calidades o intensidades: desde el humanismo redefinido hasta el ecocentrismo antihumanista).

3.- La noción de riesgo como elemento híbrido: subjetivo, objetivo, intersubjetivo .

4.- La confianza en un mayor apego al espacio natural no-humano como medio de regeneración de la crisis espiritual de las culturas humanas (especialmente las occidentales) y vía de escape de diversas perplejidades postmodernas.




Si estoy en lo cierto, no puede por menos de asignarse a Lovelock el apelativo de pensador ecologista – si se quiere “padre del ecologismo”. Su posición es clara y, por ello, provocan cierta perplejidad sus posiciones despiadadamente críticas con las políticas más populares del ecologismo político. Nada se salva de su comentario negativo: desde la prohibición del DDT a la energía eólica y los biocombustibles. Aunque sin duda, como se ha recogido en la prensa reiteradamente, su tesis más chocante es la apuesta por la energía nuclear como parte central del paquete de energías alternativas a la quema de combustibles fósiles. Y todo ello cuando Greenpeace nos sigue planteando que cabe una alternativa de energías renovables a la situación actual. ( ¿A quién hacemos caso? A los no expertos sólo nos cabe buscar plurales informaciones y mantener la espada crítica elevada ---- Ahora bien: no deja de confundirnos que propongamos nosotros aquí la vieja receta crítica cuando el ecologismo, a veces, nos reclama un compromiso vital, profundo, emocional, con “la causa” de la Tierra. Asumir la complejidad es en estos lugares imprescindible).

Como muestra de la profunda heterodoxia del autor de La venganza de la Tierra, esta cita:

La abundancia de vida salvaje en los lugares donde hay residuos nucleares nos indica que el mejor sitio para almacenarnos serían los bosques tropicales y otros hábitat que haya que proteger de granjeros o promotores hambrientos del espacio”(pág, 139).

Personalmente creo que el ecologismo – si pretende alcanzar categoría de nuevo paradigma – debe evitar ortodoxias inútiles en estos momentos iniciales de su desarrollo. Las teorías de Lovelock son en este sentido interesantes aunque cuestionables desde muchos puntos de vista ( A modo de ejemplo: realmente no he sacado ninguna conclusión clara de qué es exactamente la hipótesis Gaia y de si implica algún tipo de panteísmo --- adopta Lovelock una posición pragmática: la gente necesita creencias e imágenes. “Soy científico – dice - y pienso en términos de probabilidades, no de certezas, y por lo tanto soy agnóstico. Pero en el fondo de todos nosotros existe una profunda necesidad de confiar en algo más grande y yo he elegido depositar mi confianza en Gaia”(214)

El ecologismo de Lovelock se identifica con la ecología profunda por su aceptación de la necesidad de superar el ciego antropocentrismo pero, en nueva perplejidad, defiende una posición muy a favor de la tecnología , casi hipertecnológica. Con sus palabras, es necesario que la humanidad se retire del dominio planetario pero debe hacerlo de modo “ordenado y profesional”.

Para acabar (mañan más) hoy recordemos una canción de mis años mozos: Aviador Dro, Nuclear sí.

1 comentario:

Jesús P. Zamora Bonilla dijo...

Bravo por Lovelock.