lunes, 6 de julio de 2009

Autobiografía o autopoiética


Mi primer poema rimaba en pretérito
imperfecto.

Mi primer poema estaba escrito en un cuaderno de la Caja del Círculo (verde el cuaderno / gris la Caja) .Y en la contraportada podía leerse:

“Familia que ahorra, familia feliz”.

Mi primer poema soñaba(falsamente) parusías e imaginaba el fin de la historia y todos los conflictos. Trataba de
“una porra que no pegaba/
y de un hombre que la amaba”.


(Cito de memoria: el cuaderno de la Caja fue destruido hace mucho tiempo).

Y ahora, tantísimos años después, pienso que esa fijación mía con el pretérito imperfecto de indicativo de la primera conjugación no es sana ni cabe esperar de ella nada. Manifiesto: “No utilizar el pretérito imperfecto de indicativo, con especial prohibición de la primera conjugación.”

No he nacido para cumplir manifiestos (no por inteligencia postpoética sino por la debilidad del buey idiota). Recitar aquel “era una porra que no pegaba / era un hombre que la amaba” me provoca una malsana excitación que me arrastra hacia vicios privados que son impedimento y lastre de toda poética. Salvo la mala.

6 comentarios:

Stalker dijo...

Me alegro por ti, LUG, has escrito un primer poema. Ya puedes temblar.

Es una lapidación que aún no me he concedido, la de escribir un primer poema.

Abrazos

PÁJARO DE CHINA dijo...

A mí sí que me gustaba / ese niño que arrastraba / el boli que contaba / historias que pegaban. Bueno, cuatro imperfectos al hilo puede ser demasiado, pero tus dos prometían, Lug, y mucho. La mala poesía como vicio malsano que nos excita secretamente. ¡Y nos hace llorar! Me inclino ante los malos poetas que tanto me han emocionado. Besos, bicéfalo.

PÁJARO DE CHINA dijo...

Llamado por los malos poetas (Fogwill, 2002)

Se necesitan malos poetas.
Buenas personas, pero poetas
malos. Dos, cien, mil malos poetas
se necesitan más para que estallen
las diez mil flores del poema.

Que en ellos viva la poesía,
la innecesaria, la fútil, la sutil
poesía imprescindible. O la in-
versa: la poesía necesaria,
la prescindible para vivir.

Que florezcan diez maos en el pantano
y en la barranca un Ele, un Juan,
un Gelman como elefante entero de cristal roto,
o un Rojas roto, mendigando
a la Reina de España.

(Ahora España
ha vuelto a ser un reino y tiene Reina,
y Rey del reino. España es un tablero
de alfiles politizados y peones
recién comidos: a la derecha, negros, paralizados, fuera del juego).

Y aquí hay torres de goma, alfiles
politizados y damas policiales
vigilando la casa.

A la caza del hombre,
por hambre, corren todos, saltan
de la cuadrícula y son comidos.

Todo eso abunda: faltan los poetas,
los mil, los diez mil malos, cada uno
armado con su libro de mierda. Faltan,
sus ensayitos y sus novela en preparación.
Ah.. y los curricola,
y sus diez mil applys nos faltan.

(continúa)

PÁJARO DE CHINA dijo...

No es la muerte del hombre, es una gran ausencia
humana de malos poetas. Que florezcan
cien millones de tentativas abortadas,
relecturas, incordios,
folios de cartulina, ilustraciones
de gente amiga, cenas
con gente amiga, exégesis, escolios,
tiempo perdido como todo.

Se necesitan poetas gay, poetas
lesbianas, poetas
consagrados a la cuestión del género,
poetas que canten al hambre, al hombre,
al nombre de su barrio, al arte y a la industria,
a la estabilidad de las instituciones,
a la mancha de ozono, al agujero
de la revolución, al tajo agrio
de las mujeres, al latido
inaudible del pentium y a la guerra
entendida como continuidad de la política,
del comercio,
del ocio de escribir.

Se necesitan Betos, Titos, Carlos
que escriban poemas. Alejandras y Marthas
que escriban. Nombres para poetas,
anagramas, seudónimos y contraseñas
para el chat room del verso se necesitan.

Una poesía aquí del cirujeo en la veredas.
Una poesía aquí de la mendicidad en las instituciones.
Una poesía de los salones de lectura de versos.

Una poesía por las calles (venid a ver
los versos por las calles...)

Una poesía cosmopolita (subid a ver
los versos por la web...).

Una poesía del amor aggiornado (bajad a ver
poesía en el pesebre del amor...)

Una poesía explosiva: etarra, ética,
poéticamente equivocada.

En los papeles, en los canales
culturales de cable, en las pantallas
y en los monitores, en las antologías y en revistas
y en libros y en emisiones clandestinas
de frecuencia modulada se buscan
poetas y más malos poetas:
grandes poetas celebrados pequeños,
poetas notorios, plumas iluminadas,
hombres nimios, miméticos,
deteriorados por el alcohol,
descerebrados por la droga,
hipnotizados por el sexo
idiotizados por el rock,
odiados, amados por la gente aquí.

En las habitaciones se buscan.
En un bar, en los flippers,
en los minutos de descanso de la oficina,
entre dos clases de gramática,
en clase media, en barrios
vigilados se buscan.

¿Habrá en la tropa?
¿En los balnearios, en los baños
públicos que han comenzado a construir?
¿En los certámenes de versos?
¿En los torneos de minifútbol?
¿Bajo el sol quieto?
¿A solas con su lengua?
¿A solas con una idea repetitiva?
¿Con gente?
¿Sin amor?

No es el fin de la historia, es
el comienzo de la histeria lingual.

Todo comienza y nace de una necesidad fraguada en la lengua.
Falsifiquemos el deseo:
Te necesito nene.
Para empezar te necesito.
Para necesitar, te pido
ese minuto de poesía que necesito, necio:
quisiera ver si me devuelves el ritmo de un mal poema,
que me acarices con sus ripios,
que me turbes la mente con otra idea banal,
y que me bañes todo con la trivialidad del medio.

Y en medio del camino, en el comienzo
de la comedia terrenal, quiero vivir
la necedad y la necesidad
de un sentimiento falso.

Se necesitan nuevos sentimientos,
nuevos pensamientos imbéciles, nuevas
propuestas para el cambio, causas
para temer, para tener,
aquí en el sur.

Y arriba España es un panal
de hormigas orientales:
rumanas, tunecinos,
suecas a la sombra de un Rey.

Riámonos del Rey.
De su fealdad.
De su fatalidad.
De Su Graciosa Realidad.
La realidad es un ensueño compartido.
La realidad de España
es su filosa lengua pronunciando la eñe
y su mojada espada pronunciando el orden
del capital y la sintaxis.

¡Ay, lengua:
aparta de mí este cuerno de la prosperidad clavado en tu ingle,
suturada de chips, y cubre
nuestras heridas con el bálsamo de los malos poemas..!

Luis González dijo...

Oh, dios mío, muchas gracias por ese reconocimiento sin duda inmerecido y sorprendente después de tantos años de silencio. Gracias,gracias, gracias.

(Besos, abrazos y gracias por el poema)

PÁJARO DE CHINA dijo...

Y sí, estaba claro que alguien tenía que reivindicar tu poema infantil sobre la porra. Ahora sos un gran escritor (rarísimo, por cierto), así que consideremos el poema de Fogwill un tributo a tu difunta devoción escolar por el pretérito imperfecto y a sus esporádicas y secretas resurrecciones. Esconder el imperfecto como quien esconde un vicio. El imperfecto como alcohol, anfetaminas, onanismo, líneas de coca o cleptomanía ... Maravilloso.