lunes, 4 de enero de 2010

LOVE WILL TEAR US APART AGAIN ( 1 ). ¡A Yelena, si mi pluma valiera tu pértiga / de plusmarquista contento moriría!

Qué mirar????



Yelena Isinbaeva....


What do you see?,
se pregunta el autor (Bebel) del vídeo. Perfection, se contesta.

Yelena- hija de fontanero tabasarán (?) y cajera de supermercado- ama el deporte y, además, dice que le encanta leer filosofía. Quizás por eso le gustan los delfines. Los delfines parecen animales filosóficos, siempre atentos a los navíos que surcan los mares y con esa ironía socrática cruzándoles el morro. Sin embrago me parecen bichos crueles con cara de chico bueno (un remedo del retrato de Dorian Gray) y con un desprecio absoluto por las leyes del mar. Es decir: hacen lo que les da la gana --- un día salvan náufragos y otros destrozan bañistas con sus fálicos hocicos. En todo caso no creo que Isinbaeva sea un delfín filosófico. Veo a Yelena más bien hegeliana, una suerte de espíritu autoconsciente de sí que entra en el estadio olímpico como Napoleón en Jena: siendo el alma del mundo. Dice Isinbaeva:

" Es increíble (su triunfo en Zurich en 2009), después de un fracaso semejante en Berlín, pero en parte me alegro de haber sido derrotada allí porque de otra forma no hubiera tenido hambre de récords" ( aquí)

Hambre. En el inicio es el hambre ( y el hambre creó a los seres para poder saciarse - dice Chantal Maillard). Yelena siente hambre en la derrota y en los postres destroza a sus rivales. ¡Qué poco se parece a mi! Yo cuando pierdo me humillo y fantaseo con la destrucción total. El apocalipsis. Por eso no soy hegeliano: no veo eso del mal que se muta en bien. El mal es un absoluto - una infinita putada - y Yelena es la luz del estadio. Su derrota de Berlín sabe a gloria porque excita el hambre. Tengo que aprender... Sin embargo, en estos asuntos, debo ser medio anoréxico porque trato de pactar con el hambre y, al final, no tengo deseo de poder ni de gloria. Yelena se convierte en hambre positiva y me devora.


Yelena y la perfección. ¿Qué debemos hacer para alcanzar la perfección, hermanos? Yelena lo sabe - y el autor del vídeo nos da la pista. La perfección exige la conversión del hombre en animal, la mutación de la técnica en instinto. La elevación moral del cuerpo o el alma (o ambos) por encima de los tristes protocolos y manuales de instrucciones para la vida. Destrucción de la ética y la conciencia (Dicho sea de paso: Eso no lo quieren saber aquellos que programan la asignatura de filosofía en los colegios. La filosofía - ¡el arte! - nace para desmontar todos los manuales de buenas formas y ciudadanía). La perfección es crueldad para los que miramos desde abajo, aquellos sobrepasados por el movimiento de Yelena en el aire, su geometría de perfil variable, su rostro en el triunfo y en la derrota.

Me gustaría amar a Yelena y desearla. Quizás cuando acabe la glaciación. Sé que si la amara no podría percibir el impacto de su animalidad. Love will Tear Us Apart. Si me venciera su belleza y - sucio - me dejara seducir cuasionanista por los vídeos de su trasero, perdería la perspectiva de la animalidad. La glaciación sobre mi alma rompe el flujo del amor (y del deseo) y de paso me permite gestionar emociones (congelándolas). Contemplo la tremenda conversión del cuerpo y la voluntad en fuerza, en espíritu de la historia. Miro y callo. No diré te deseo, Yelena, porque Love will Tear Us Apart

Yelena no es máquina - qué estúpida la metáfora mecanicista - sino que es jaguar o guepardo. El hombre entra en trance de perfección retornando a la animalidad. Convertirse en lo otro, mutar, levantarse convertido en escarabajo o en Yelena. Fuerza y crueldad. Ternura en la sangre que bombea el corazón y que nos hace ser el desgarro en la piel de la gacela atacada por la leona y que nos muestra sus arterias. Yelena nos desgarra el lienzo de la mediocridad, de la tontuna, de este idiotismo que inicia el siglo, de aquella mezcla de pusilanimidad y fanatismo que caracterizó el siglo XX. Yelena, convertida en fuerza inconsciente, nos recuerda que el amor nos volverá a separar pero persistirá la fuerza.


Retorno a Franz Marc y su pintura con ojo de animal. Yelena Isinbaeva: animal que consiguió convertir la fuerza de la inteligencia y el hegelianismo en violencia de salto, anulación de la mente, grado cero de conciencia ética y estética, todo poder. Esa sonrisa inconsciente en la boca de Yelena que los agazapados en la escritura logramos contemplar - como gorriones a punto de ser atrapados por el águila - es el premio de la mirada fría.

Verte sonreír, Yelena, atrapados en la tormenta de hielo.

Imágenes:

Yelena Isenbayeva


Franz Marc: Destinos de animales(Los árboles mostraron sus anillos, los animales sus venas). 1913.

Video final: The Swans Love will Tear Us Apart - Jarboe Vocal

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