“No nos une el amor sino el espanto
será por eso que la quiero tanto”
Jorge Luis Borges
Liberamos al pensamiento de las cadenas de las consecuencias ( de las corrección ética y política, de la justicia y de la compasión ) para que éste pueda ir más lejos. Liberamos al pensamiento de las cosas que pesan – quitamos plomo de las alas para que pueda ascender en la dialéctica -- vaciamos el alma de las cosas por las que merece la pena morir y matar para que se haga realidad el simulacro de lo eterno. No de otro modo justificamos la violencia narrada, nos complacemos en las amputaciones de la Gran Guerra, recorremos los intestinos del concepto y la imagen. Detrás de las filosofías hay intuiciones poéticas y detrás del poema sistema filosófico. Ellos nada deben a la realidad del espanto, eso que según Borges nos une.
Ahí radica la dificultad enorme de la poesía y el pensamiento. No se justifican como ungüentos de alma ni artefactos sociabilidad. Sólo deben fidelidad a sí mismos y al esplendor fundamentalmente estético de la palabra.
(Bicéfala espera que cumplida la tarea “la palabra se convierta en carne” y “el cobre en clarín” y sospecha que todo es fantasmagoría y sombra chinesca. Bicéfala siente tremenda compasión de sí-otra)
1 comentario:
Eso pretenden los pequeños retratos desérticos. Conocer qué luz o qué tiniebla. Con la estética silenciosa de aquel traje que nunca me puse.
Del resto no sé hablar.
Bicéfalo. Dos besos por cabeza.
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