Podría ser Ella pero va a ser Él. Un él cualquiera. Él nos va a conducir en este recorrido por la ciudad vieja del patetismo. Será un él para mayor gloria del proyecto emasculador de los hombres heterosexuales en el mundo occidental, para la deconstrucción definitiva de los valores masculinos (si es que masculino y valor no son términos disonantes además de contradictorios). El patetismo implica siempre un nerviosismo en la mirada, un temblor un tanto infantil que no nos debe ocultar que aquello que se ve, el objeto de nuestra experiencia, es realmente terrible. El patetismo en él es un opuesto de la virilidad.
Él ha dicho que, a partir de ahora va a dejarse llevar ( Like a Rolling stone) que renuncia a los planes y los proyectos, que va a fijarse en las cosas pequeñas y va a leer cada semana una revista femenina. Quiere encararse con su yo interior y disfrutar de las relaciones sociales. Piensa arrojarse en el río de la vida – porque la vida dice que es un río y fluye como la energía y los manantiales – no como una Ofelia suicida sino como un novicio del gozo. Ella se ha quedado con todo. La casa, los discos y las sartenes. También con los niños. Y con los libros. Pero él asume que ya nadie le va a ordenar la vida ni los calcetines, que se ha acabado el tiempo en el que ella preparaba las vacaciones con rigor de comandante guerrillero y siempre acababan en lugares maravillosos y coincidían con los mejores eventos del verano. Lo tiene más que reflexionado.
Se deja llevar y el río de la vida le ha devuelto a la casa de sus padres. Su antigua habitación ha sido rehabilitada y mamá le cuida con esmero. Incluso ha vuelto a colocar los pósters de Samantha Fox. Él no sabe como interpretar su vergüenza ni la actitud de su madre. Confuso para la hermenéutica, aplica el código rígido de la nueva vida: me dejo llevar, no interrogo a las cosas por sus razones ni a las razones por sus cosas. Abro los ojos y sigo los consejos del especial verano: Dieta sana, ejercicio y mirar al mundo viendo las cosas en toda la amplitud de su belleza. Dejarse arrastrar por la ternura.
Él, reflexionado y vencido el ejército (rojo) de la ira, la frustración y la infinita sensación de abandono cuando ella le dijo: tío, esto no puede seguir así tienesqueirte, él fuerte y maduro ha decido que la vida es un río y que él se lanza al río sin pretensiones, anotando lo que pasa y haciendo el reportaje de los tiempos que llegan. Como una cámara fotográfica cargada de serenidad . No le importarán los remolinos ni las aguas turbulentas. Así es la vida, así son los ríos.
El verano es el escenario de su experimento. A las cosas mismas, se dice, y se lanza con orgullo al futuro como lo hace a la piscina: con poco estilo pero sin levantar demasiada agua. Y cuando mira al cielo, esperando ver el paso de las nubes y las formas fantasiosas del viento en su artesanía, lo ve todo azul. Un azul sin matices ni misterios --- el opuesto en todo rigor al azul Chagall y lo más cercano que se imagina al color de los Ministerios. Él, de espaldas en la piscina y haciendo el muerto, cae en la cuanta de que el agua de la vida no se mueve, que ha llegado a un tramo de remanso, que- como Nicoleta Kidman en aquella película – está viviendo un mar en Calma Total.
Y no sabe él si realmente está preparado para el aburrimiento.
Él ha dicho que, a partir de ahora va a dejarse llevar ( Like a Rolling stone) que renuncia a los planes y los proyectos, que va a fijarse en las cosas pequeñas y va a leer cada semana una revista femenina. Quiere encararse con su yo interior y disfrutar de las relaciones sociales. Piensa arrojarse en el río de la vida – porque la vida dice que es un río y fluye como la energía y los manantiales – no como una Ofelia suicida sino como un novicio del gozo. Ella se ha quedado con todo. La casa, los discos y las sartenes. También con los niños. Y con los libros. Pero él asume que ya nadie le va a ordenar la vida ni los calcetines, que se ha acabado el tiempo en el que ella preparaba las vacaciones con rigor de comandante guerrillero y siempre acababan en lugares maravillosos y coincidían con los mejores eventos del verano. Lo tiene más que reflexionado.
Se deja llevar y el río de la vida le ha devuelto a la casa de sus padres. Su antigua habitación ha sido rehabilitada y mamá le cuida con esmero. Incluso ha vuelto a colocar los pósters de Samantha Fox. Él no sabe como interpretar su vergüenza ni la actitud de su madre. Confuso para la hermenéutica, aplica el código rígido de la nueva vida: me dejo llevar, no interrogo a las cosas por sus razones ni a las razones por sus cosas. Abro los ojos y sigo los consejos del especial verano: Dieta sana, ejercicio y mirar al mundo viendo las cosas en toda la amplitud de su belleza. Dejarse arrastrar por la ternura.
Él, reflexionado y vencido el ejército (rojo) de la ira, la frustración y la infinita sensación de abandono cuando ella le dijo: tío, esto no puede seguir así tienesqueirte, él fuerte y maduro ha decido que la vida es un río y que él se lanza al río sin pretensiones, anotando lo que pasa y haciendo el reportaje de los tiempos que llegan. Como una cámara fotográfica cargada de serenidad . No le importarán los remolinos ni las aguas turbulentas. Así es la vida, así son los ríos.
El verano es el escenario de su experimento. A las cosas mismas, se dice, y se lanza con orgullo al futuro como lo hace a la piscina: con poco estilo pero sin levantar demasiada agua. Y cuando mira al cielo, esperando ver el paso de las nubes y las formas fantasiosas del viento en su artesanía, lo ve todo azul. Un azul sin matices ni misterios --- el opuesto en todo rigor al azul Chagall y lo más cercano que se imagina al color de los Ministerios. Él, de espaldas en la piscina y haciendo el muerto, cae en la cuanta de que el agua de la vida no se mueve, que ha llegado a un tramo de remanso, que- como Nicoleta Kidman en aquella película – está viviendo un mar en Calma Total.
Y no sabe él si realmente está preparado para el aburrimiento.
Imágenes (Y notas)
Cartel de la la película Calma Total (1988)
Ludwing Meidner: Ich und die Stadt (1913). Yo y la ciudad ( ¿o la ciudad no es para mi?) En todo caso, el paralelismo entre el cartel de la película y el cuadro de Meidner, en tanto buscado y forzado, acaba convirtiendo al cuadro expresionista en un cromo. El patetismo, en conexto de ironía, se "cromatiza", se relaja y gana en colorín aunque, para algunos, abandone la alta cultura. ¡Vivan los colores!)
Vídeo : Bebe, Ella (Escucho, en simultáneo, REM, Losing my religion, para, sin acritud, contrastar buen rollo en castellano con buen rollo en idioma ininteligible )
4 comentarios:
Antes de leer ya te digo, pasmada: ayer a la tarde estuve escuchando esta canción de Bebe ...
Qué puedo decir. A mí me encanta lo que escribe Bicefalina con sus dos cabezas a la par (ay, me recuerdas a las hermanas Hensel, las gemelas bicéfalas, te enviaré un poema que les escribí ... pero es tierno, concilian y no se decapitan mutuamente, no sé si a la cabeza donde duerme el Tiíto Hobbes le gustará ...).
Hay auténticas perlas como el novicio del gozo frente a la Ofelia suicida, la irrupción del Like a Rolling Stone para ejemplificar el dejarse llevar, mamá volviendo a colgar el poster porno-soft de Samantha, la ex que preparaba las vacaciones con rigor de comandante guerrillero (esas mejor que se vayan y no vuelvan, Bicefalina, que se lleven todo, menos los niños, claro, y demos las gracias por su partida que implica nuestra liberación).
Hacer el reportaje de los tiempos que llegan, cargar la cámara fotográfica de serenidad y hacer la plancha en la pileta mirando un cielo azul-calma-absoluta-no-Chagall y, por su puesto, la referencia a Nicole como Nicoleta, convirtiéndola en la vecina del barrio. Esas son perlas y además, para mí, actividades de una sabiduría total.
Posiblemente no será aburrimiento sino tiempo de relajación y de ir buscando lo que uno quiere (ay, perdón, me siento Osho).
Sí, la alta cultura es maravillosa cuando baja y se convierte en cromo y uno es libre de jugar con ella. A veces no hace falta ironía, sino pura vocación lúdica.
Bicéfalain (te lo digo así, en inglés, que suena más cooooooool), un buen complemento musical sería Nightswimming, también de los chicos del movimiento ocular rápido. Ahí El miraría no solo el cielo azul, sino también la perseverancia de las estrellas.
No es patético, es encantador. Como diría una vieja canción de Los Redonditos de Ricota: El infierno está encantador esta noche.
Y como cantan los fanas de Boca en La Bombonera: yo te sigo a todas partes.
(Pájaro de China: no sé por qué imagino a este pájaro como un artefacto mecánico - como el rinoceronte de Durero, acorazado y tierno - que, superando el cartesianismo, se depertó un día dotado de alma. O como marioneta de papel de las que se utilizan en el teatro de sombras, generando historias sobre la pantalla total de este mundo tan poco cargado de sombras bellas y tanto de nubarrones).
Me gusta las perlas que sacas del texto. Me planteo el texto CALMA TOTAL como antídoto a los venenos que mis dos cabezas se inyectan una a otra y que tú (vos) tan bien agudizas ( o esdrujuleas). Aguanto los chutes con actitud estoico-epicúrea pero a veces la bicefalina provoca efectos indeseados en las almas bellas(jo!)y, como usted me dijo, ¡se pone la tortuguita tan "turra"!. Por eso la CALMA TOTAL quiere ser instrumento para destensar mis ligamentos y sinapsis antes de la llegada del orden septembrino. Nunca las cabezitas van a estar más conciliadas.
(Preguntando a Google por usted me ha colocado en la retina un video en el que recitaba o confesaba una B-side. Se la veía contenta y entusiasmada. Y yo, por sintonía, me puse contento y entusiasmado. Dura el efecto de la marielina -- sólo en herbolarios chinos).
Ay, bicefalina, qué preciosa tu descripción imaginaria del pájaro de China ... ojalá fuera así, ojalá. Si es así para vos, me doy por hecha.
Pero que la CALMA TOTAL dure y perdure, si se la pasa tan bien así. Que no sea antídoto sino estado de bienestar, welfare state que espante a escobazos a la cabeza que se ponga turra.
Y por favor patentemos "esdrujulear". ¡Adoro las esdrújulas! Fijate que casi todas las palabras esdrújulas son bellas: bitácora, brújula, marítimo, esperpéntico, arrítmico. Todo lo mayúsculo es esdrújulo: ciclópeo, epopéyico, hercúleo, apocalíptico (bueno, basta).
Gracias por haber soportado mi visión, particularmente confesando, como bien decís, mis B-sides & Rarities. Es decir, mis noches de terror.
Está bien, lo digo: yo necesito un poco de Tiíto Hobbes, quizá, para no descarrilar tanto. Un poco de orden (aunque la palabra me espante), porque fijate que son las 9 de la mañana en B.A. y todavía no me fui a dormir.
Me alegra haberte contagiado el entusiasmo. Aquella fue una noche mágica.
Es el Lado A de la marielina. Tiene un Lado B, no te creas.
Jo, acabo de caer en que también tengo dos cabezas: la del entusiasmo vital y la de la melancolía encarnizada (será por eso que dentro de un par de horas me espera el psiqui ...).
Besos desde el herbolario chino (qué precioso, también, ¡gracias, bicefalina, solo en perturbadoras droguerías berlinesas ...).
P.S.: Amo Berlín, sí, es posiblemente la ciudad que más preguntas me hace.
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