martes, 1 de junio de 2010
Sin título (con Louise Bourgeois)
Mi alma en los huesos, huesos de fresa salivados por mujeres que usan colutorios de aguardiente para mejorar la salud de sus encías (y así reírse mejor en el baile).
Mi alma se refugia en la araña de Louise - "Mamá" se dice. Louise en su féretro neoyorquino y mi alma envuelta en sus telas, en el raso black and white o, quizás más apropiado, en una tela de grisalla que transmute en volumen la geografía del cuerpo muerto. La araña como hogar eleva sus patas de arquitectura para crearme un hueco desde el que poder reconstruir el tejido nervioso de un modo más sano, ni excitable ni romántico; más adecuado a la inteligenZia siglo XXI.
El alma histérica se enreda en vórtices y espirales hasta el hartazgo de sí, la náusea y todos los conceptos y motivos existenciales de la cultura occidental. En los huesos, el alma, como la vieja arrugada que recibía en su casa de nueva york, se llama hoy Louise Bourgeois sin saber muy bien por qué. El alma-Luis, harta del trasiego, busca arañas gigantes que cubran arquitectónicas con sus estructuras los vacíos de la decepción, el abandono, la inútil y gratuita humillación,la falta de orgullo. Esas pequeñas cosas que hacen de la vida un lugar encantador.
Me encuentro bajo la protección de la araña: mantitas de colorín arcoiris en el horizonte, un atardecer. Inspiro el pegajoso sentimiento de que voy a ser devorados por el animal hasta dejarme en los huesos. Qué alivio.
Imágenes: Louise Bourgeois: Mama; Arco de la Histeria
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1 comentario:
Pocos planes más tibios para el alma-Luis que acurrucarse bajo una araña-Louise y dejarse arropar por ella.
A su amparo, y como diría en una canción el Indio Solari, el infierno está encantador.
Besos profanos y lúdicos (como Louise).
P.D.: ¿Dónde está la planilla para morir a los 96, intensa y bella, así? Firmo ya.
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