“Así, pues, no deseo enseñar en este tratado el método que cada persona debe seguir para dirigir adecuadamente su razón; únicamente intento presentar cómo me he esforzado en dirigir la mía (...) Propongo este tratado solamente como una historia o, si se prefiere, como una fábula” (Descartes: Discurso de Método I, 4)
Descartes insiste en diferenciar el relato de las “reformas privadas” de su pensamiento de los intentos de “reforma pública” . Su pensamiento, cubierto por el manto de la fábula, pretende ser un pensamiento ajeno a las consecuencias prácticas y a la expansión más o menos dogmática de “una nueva coherencia”. Una cosa es tirar tabiques en la propia buhardilla y otra muy distinta diseñar las calles y plazas de la villa con ejército extranjero. Suele interpretase este comentario como la expresión de precaución y prudencia de Descartes en una época en la que los intentos de reforma implican guerras y que no hace mucho ha condenado a Galileo por expresar públicamente el nuevo sistema del mundo. Frente al silencio opta por la conversión de la verdad desvelada en fábula o “mero poema”. De hecho, creo que el racionalismo como proyecto sí pretende expandirse en todas las direcciones de la ciencia a la moral, de las matemáticas a la política, de las letras a la religión. Es, en ese sentido, un proyecto fuerte: uno comienza pintando las paredes de su casa y acaba implantando el neoclasicismo como estilo universal.
Ahora bien: ¿Y si tomamos en serio la advertencia de Descartes? Si Descartes es leído enla letra, diremos que conviene diferenciar entre las especulaciones filosóficas sin otro límite que propia cadencia lógica (o estética) – la crítica debe aplicarse sin compasión ni miramientos - y la responsabilidad pública que nos exige asumir ciertas convenciones, intereses y “pequeñas repugnancias”. Esto significaría que la especulación no tiene que tener utilidad pública necesariamente, que la meditación (filosófica) no nos va a hacer necesariamente mejores ni conlleva el mejoramiento de la república. Que sólo son palabras y su deber se cierra en mantener el rigor en las mismas, encontrando sus pliegues. La utilidad social y el mejoramiento de la república es otra cosa y funciona mejor, quizás, en términos de moral provisional, consensos precarios y mucho principio de precaución. Fomentando las instituciones de la tolerancia y la compasión.
1 comentario:
de los stranglers me mola la de strange little girl
4 besos!
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