miércoles, 26 de mayo de 2010

Sin título (con huesos)

Como la herida que se abre discreta en la piel no tiene conciencia ni cabe en rigor su figuración antropolátrica, no teme ni se duele y, por lo tanto, se muestra receptiva a las bacterias que muy pronto se instalan en sus costas como turistas de la necrosis y especulan con los colores bellos de la infección mientras, en la profundidad, palpita la materia grumosa del pus incapaz de comprender el cosmos o el papel de la razón en la historia de la humanidad, inconsciente, sí, pero siempre dispuesta a incrementar la producción de tejido morboso.

Como el alma sí tiene alma se duele del rozamiento de la zapatilla nueva y de la suave pasada por las cercanías de la ortiga. Por eso es el alma menos hospitalaria con las colonias de agentes infecciosos que desestructuran sus precarios equilibrios emocionales. Si el alma fuera inconsciente herida se dejaría atravesar por el amor y el odio sin más contraindicaciones que la de no pretender ocupar la habitación entera. Si en la buhardilla del alma no habitara mortal el alma sería gentil y democrática con los impulsos concupiscibles, marcaría un turno y un horario de visitas, echaría besitos a los niños y las niñas sin miedo a la pederastia. Mi alma, en el espejo, tiene la misma pinta que mi cuerpo, se duele todo el rato y más y más y más y más hasta confundir su desdicha con mi masoquismo. Luego se ríe tontiloca y cree la que la escritura salva.

El alma, si fuera herida sin alma, invitaría a las colonias de bacterias oportunistas a ocupar sus playas y, entre todos, crearían un milago de diversidad y sincretismo. Como la muy idiota se ha dejado crecer las redes nerviosas no tiene más remedio que llevarse agarrada de la cabellera - como el barón de Munchausen - toda entera al pudridero y dejar que lo buitres, los cuervos y el tiempo se encarguen de recuperar su osamenta.

Porque, como es sabido, mi alma sólo es soportable cuando está en los huesos.

2 comentarios:

PÁJARO DE CHINA dijo...

el alma ... no sé dónde está. en el violín no está, fisicamente, en el centro, sino desplazada, deslizada, fuera del lugar previsible. y eso siempre me ha gustado.

¿pesa 21 gramos? la imagino desde que era chica como un colibrí ("todos sabían -¿o pocos sabían? ¿o nadie sabía? - que martirizabas un colibrí de amor entre los dientes") hecha de la materia del recuerdo y del sueño.

el alma que se guarda se pudre, como el deseo que no se ejerce.

perturbadoras tus ventanas, preciosas tus ventanas que preceden el alma anudada a tus huesos. sospecho que la ventana más temible aparece cuando cerramos los ojos y solo vemos negro.

besos de colores (sin abrir los ojos).

Luis González dijo...

Cerrar los ojos y ver negro o colores,según sean los sonidos que alcanzan, porque lo que mira (o ve) el alma es capricho de impresiones, de subida y bajada de tensión u hormona o bilirrubina o colesterol o ácido valproico. Niveles que cambian el alma que ve grisalla y arco iris.