
Al fin y al cabo esto es lo que hay. Y sólo hay lo que hay por mucho que el otro de bicéfala se empeñe en triquiñuelas y misticismos. Estos fueron mis ejercicios espirituales; esta película- Cha Cha - nos llevó a salir cantando sin saber inglés ni alemán, a amar Berlín y el Este cuando aún existía el Este frío, nuclear y triste. Nosotros no habíamos salido de la ancha Castilla y nos hicimos cosmopolitas por el r´n ´r. Toda una inmersión en la aguas del Jordán, fiesta de Pentecostés, don de las lenguas, cha cha
2 comentarios:
Me pilló muy niño la caída del muro de Berlín, pero creo entender esa nostalgia a la que apuntas.
¿No te parece que la estética de los ochenta, y los años ochenta en sí mismos, es lo más remoto que podemos imaginar?
A mí esa década me parece más alejada en el tiempo, más antigua que los sesenta o los años veinte, tal vez porque fui niño en ella.
Abrazos
http://www.youtube.com/watch?v=ak9xHCdrIdE&feature=related
Publicar un comentario