lunes, 16 de marzo de 2009

LA CUESTIÓN ESCOLAR ( sin Bicéfala) UNO

JORNADA PRIMERA. TIEMPO DE DERROTA


RAE: ESCUELA (Del lat. schola, y este del gr. σχολή).2. f. Establecimiento público donde se da cualquier género de instrucción.4. f. Conjunto de profesores y alumnos de una misma enseñanza.

0.- No me encuentro en verdad capacitado para dar un paso atrás y crear un santa distancia que permita el inicio de la reflexión sobre la cuestión escolar. No es que crea que no puedo o debo decir unas palabras. No hay tanta tragedia. Al fin y al cabo las palabras se las lleva el viento y, en esa derrota, iniciamos siempre la escritura. Mi duda no se inscribe en el terreno de la ontología existencial sino en la del aburrimiento.

Las sirenas me incitan cada vez más al cálido abandono en el flujo caótico de lo vientos. El aburrimiento puede ser vía de acceso a la trascendencia y, amándolo, se corre el peligro de olvidar “la cocina de la vida”. ¿Merece la pena “el compromiso”?. Para Bicéfala, no. Violentaré, pues, estos días su espíritu.

0.1. No teman. Habrá escuela mientras subsistan los comedores escolares y haya recreos. En algún sitio debe comenzar la estabulación. Que las aguas fluyan, de nuevo, hacia el espacio familiar en la tarea de la educación y la custodia de los infantes no me parece probable salvo crisis apocalíptica. Nos necesitan por mucho que no nos reconozcan, censuren nuestras vacaciones y hablen en la pescadería de nuestra incompetencia. Las (gentes de las )sociedades modernas odian a los niños (y temen a los adolescentes) tanto como compulsivamente los aman (y los desean envidiosos). La omnipresencia de la cultura pop es prueba de esta tesis sólo aparentemente extrema.

0.2 Jugamos con cierta idea de tiempos pasados que fueron mejores. Yo no puedo olvidar que “yo” estuvo en aquel BUP de los setenta. Fustigar mi recuerdo es la mejor manera de evitar mixtificaciones.


0.3. Nunca olviden que en las aulas están ya los poetas y los sabios del futuro. También están los alienados, los ángeles caídos y los seres condenados al desvalimiento. La cuestión es si nos hacemos dignos de gratitud en el futuro de estos sabios y poetas, y también de los alienados y desvalidos. Nuestra acción hoy es el motor del reconocimiento futuro que, estoy de acuerdo, es esencial en el oficio.

0.4.
“No me protegía ningún cielo extranjero,
no, alas extranjeras no me protegían
.”(Anna Ajmatova)

0.5. Protegidos en el amparo del trabajo blindado nos quejamos: "Se nos dice cuidadores y no los somos. Nos negamos a desarrollar otras funciones que supongan bajar del Cielo. Para empezar: nada de reuniones y olvidémonos del papeleo. No tenemos que coordinarnos con nadie. ¿Por qué justificar mis calificaciones – puede dudarse de mi maestría? La educación cívica, en casa. El cuidado para policías y limpiadores y animadores-socio-culturales. El cambio social para los revolucionarios. Yo enseño Saber y no me pagan (¡!) para controlar faltas, vigilar acosos, amparar desvalidos o cuidar la salud de los enfermos." .

Esto ¿no es síntoma de alguna extraña alienación? ¿Nos hemos despertado imaginándonos príncipes rusos o poetas románticos en la Villa Diodati?


0.6. Podría estar de acuerdo con mucho de lo que se dice en el manifiesto No es verdad. Sin embargo no lo firmo. Lo que en él se dice no explica los síntomas, las quejas del paciente, la presencia de los antipedagógicos. ¿Qué es lo que ha cambiado en la escuela si, en apariencia, los métodos y las manías siguen estando ahí como hace treinta años? ¿No habremos cambiado nosotros que nos hemos hechos hipersensibles a la frustración, que no admitimos que las cosas no funcionen como en nuestros recuerdos ideados?


0.7. La escuela es síntoma. No tengo idea de qué (como dije en otro día). El diagnóstico y la respuesta los supongo espirituales ---- un cambio en la dirección de los vientos



Bicéfala, acostumbrada al olor de la tierra, bizquea sus cabezas. Habla de que nos obligaría a todos a barrer el patio y, después, forzaría voluntades y cuerpos ensayando mañana y tarde "el Lago de los cisnes" como actividad para la función de fin de curso. Eso sí es Espíritu, esfuerzo y recuerdo de tiempos mejores.

3 comentarios:

Serenus Zeitbloom dijo...

Ufff, menos mal que no lo has firmado.

Serenus Zeitbloom dijo...

No, no se trata de creerse un aristócrata ni un esteta más allá de los terrenal. Al contrario se trata de humildad, el otro día alguien resumía esta posición de forma que me parece admirable.

"el único camino; aprende el que quiere saber, guiado por quien conoce ya el terreno" Pantagruel.


Aquí, me dije, terminan todas las monsergas psicopedagógicas -que no es de humildad precisamente de lo que adolecen. -Tampoco es verdad.

Luis González dijo...

Estimado Serenus:

"el único camino; aprende el que quiere saber, guiado por quien conoce ya el terreno" . Vale, pero:

El querer puede ser formado o motivado; la seducción es elemento clave en la pedagogía (en el próximo capítulo de esta serie hablo de la pedagogía como "Dramaturgia"). No podemos esperar ya - en los tiempos - que nos vengan aseados en disciplina y responsabilidad. Eso es, en los tiempos, tarea profesoral.Y esa tarea es no sólo "akadémica" o "sapiencial" sino socializante. Es decir, que no cabe olvidarse de la escuela como microsociedad que debe ser "tema" (debe ser tematizada, atendida, programada, jerarquizada en sus objetivos y valores).

La tarea del profesor no puede limitarse (porque no funcionaría) a la de ser guía indio para un grupo de rostros pálidos desganados. Debe hacerse rostro pálido como ellos y convertirlos a todos en indios, es decir, conocedores del terreno por seguir con tu imagen. Esas metamorfosis no son sólo cuestión "akadémica" sino que exige terapia (cambio "espiritual": sacrificio, humillación y aceptación de la frustración, reconversión de niño en "hombre") y comunidad ( apertura a los demás, compromiso en los pactos y fomento del espíritu de cuidado y responsabilidad --- por eso, digamos en aparte, la integración tiene un sentido no sólo para el integrado sino para el integrador).

Modificar- tronchando - voluntades.Y, simultáneamente, acepto tu pangruélica cita.

¡Salud!